La primera vez que leí este poema, me conmovió profundamente esa soledad terrible que siente el ser humano, arrojado al mundo, buscando consuelo y respuestas en el deseo atávico y primigenio de formar parte de la unidad cósmica.
Ese ansia de unidad con la madre-noche, con la cosmogonía del cielo, las estrellas, el mundo que habitamos y observamos en su «breve infinidad definitiva» es el eje temático que vertebra el poema. Desde el Romanticismo , y muy especialmente en el Modernismo y en la literatura que recorre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, el artista siente la soledad como un peso insoportable, una angustia existencial ontológica y primigenia que busca consuelo en las nuevas teosofías que surgen tras la crisis finisecular: panteísmo, pitagorismo, neoplatonismo, gnosticismo, intentan buscar respuestas fuera de las religiones jerárquicamente establecidas. La ciencia no parecía tener todas las respuestas, y las viejas y anquilosadas respuestas religiosas habían caído por su propio peso tras siglos de imposición y oscurantismo. El poeta se transfigura así en el vate y profeta de la humanidad, el que ve lo que otros no aciertan a vislumbrar, el que con su voz da voz a todos los mortales unidos por el cordón umbilical de un mismo destino, inexorable («el cielo que nos cubre es el mismo en todas partes«, dice Juan Ramón en el segundo verso del poema)…
En la poesía española de la primera mitad del siglo XX fueron Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén los poetas que más insistentemmente buscaron una poesía de la unidad con el cosmos, con la naturaleza, para dar así un sentido a sus ansias metafísicas y a su vacío interior. Diario de un poeta recién casado, Dios deseado y deseante, Piedra y cielo de juan Ramón Jiménez y Cántico o Clamor de J.Guillén, son claros ejemplos de este deseo de unión panteísta y «sed de eternidad» en ese orden pitagórico y eterno («enclavado a lo eterno, eternamente», leemos en el verso cuarto) de la analogía universal.
«Ama tu ritmo y rima tus acciones«. Con estas palabras se dirigía Rubén Darío a sus discípulos modernistas.Las palabras tiene alma, el poema es una proyección formal y humana de la perfección y la armonía del universo, del ritmo continuo de las esferas. El texto poético se convierte así en un pequeño enigma que el lector ( activo y sensitivo) debe averiguar. En tan sólo once versos se encierra el círculo perfecto del universo, y su armonía envuelve a todos bajo su cúpula perfecta. Así si recogemos el primer verso «Tan inmenso que es, ¡oh mar!, el cielo», y lo unimos al último «bajo su breve infinidad definitiva» comprobamos que se nos revela el mensaje: el mundo es inmenso, definitivamente. El poeta ha cumplido su misión: Nocturno no es sólo una breve meditación personal, un juego intelectual de carácter solipsista e introspectivo, sino también, como apuntaba Valle Inclán , un diamante de luz que ilumina las oscuras cavernas de nuestra conciencia. ¿Estamos nosotros, lectores, dispuestos a asumir el reto?
Profesooraa!!! Que voz, y todo el conocimiento que viertes en tu espacio. Me siento privilegiado de aprender de ti. Pues si, estoy dispuesto. Besos Marisa, te he extrañado.
Gracias por tu magnÃfica lección, Marisa. He aprendido mucho. Y tampoco conocÃa el maravilloso poema de JRJ. Un placer escucharlo en tu voz.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho oirte recitar a Juan Ramón. Y has hecho un interesentÃsimo análisis. Eres una maestra. Besos, querida amiga.
De los poetas, más que sus obra me gusta profundizar en sus obras, su compromiso social, su entrega, su generosidad hacia los demás, bien sea en el campo que sea.
Lo siento mucho, pero Juan Ramón para mà no es el prototipo de un poeta, independientemente de la calidad que tenga su poesÃa, que la tiene sin duda.
Como dijo Gabriel Celaya, la poesÃa son gritos en el cielo y en la tierra son actos.
Un cordial saludo.
Gracias jaud, yo también soy una privilegiada por recibir tu afecto y tu interés por mi trabajo.Un beso enorme
Gracias jose Miguel.Un placer es tenerte entre mis lectores, je, je.
Un abrazo enorme
Muchas gracias Isabel, guapa. Tus palabras siempre son bienvenidas y muy valoradas por mÃ.Abrazos enormes, querida amiga.
Abelardo, a mà también me gusta la poesÃa comprometida, es que a mà me gusta toda la poesÃa que me haga sentir. JRJ fue un poeta más comprometido dee lo que mucha gente cree. Su fidelidad a la republica fue mayor de loo que se dice. Es cierto que su poesÃa no lo manifiesta porque él lo quiso asÃ. Yo apuesto por todo.Nunca resto ni divido, siempre sumo y multiplico, pero te diré que Hernández, León Felipe y Machado son mis maestros, no digo más…Un abrazo