¿Todos tenemos miedo alguna vez? ¿Todos sentimos el frío diciembre helando nuestro corazón…? ¿Hay, realmente, quien no siente nada, más allá de su propio dolor o de su propia náusea de egolatría, quien cierra los ojos al dolor ajeno, quien camina cada día sin oír los gritos de los otros, de los que sufren? ¿Hay quien es capaz de negarle la paz y la palabra a los que ya no tienen fuerza para pedirla?
Diciembre se dispone a desplegarse y «hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven», hay quienes se abrigan y quienes no encuentran abrigo. Hay quienes se sienten importantes y quienes se saben olvidados, quienes se preparan para practicar la caridad y quienes sólo piden justicia. Hay quienes desconfían de los halagos y quienes agradecen una palabra de afecto o un gesto desinteresado. Hay quienes desprecian unas manos tendidas y quienes mendigan amor por las esquinas.
A veces, para huir del miedo y el frío, nos dejamos seducir por falsas luces de colores e ignoramos la aurora boreal. Y nos quedamos escuchando voces ajenas, cantos de sirenas, coros de ángeles que pronuncian una extraña lengua que no conocemos, y seguimos embriagados al virtuoso flautista, acallando la voz profunda y sincera de nuestro propio corazón.
si sólo nos queda el devenir del tiempo …entonces somos una huella inacabada..quedan pocas luces verdadera que nos dejen sonreÃr…pero seguro que nos engañamos y encontramos algo por loq ue pelear…te beso.
Yo asà lo espero Fernando, asà lo espero. Un abrazo y gracias por tus palabras
Supongo que hay de todo. Incluso hay de todo dentro de uno mismo. Según pasan los años, trato acallar los cantos de sirena y prestar oÃdos a mi corazón. Pero ¡qué alto cantan a veces esos coros! Es entonces cuando voces como la tuya me devuelven al abrigo de mi corazón.
Buenas preguntas para buenos momentos.
Un beso matutino.
Gracias Carmen. Las voces amigas siempre sirven para acallar los ecos. Cuando llegan estas fechas y uno se refugia en el hogar huyendo del frÃo, ese repliegue hacia el interior saca todos los fantasmas y nos hace pensar, pero también el balance nos ayuda a reconocernos «sin rubor» que dirÃa Serrat, y a reconocer a los que nos acompañan en el camino. Me gusta que caminemos juntas y espero que tu voz amiga me siga acompañando de aquà en adelante. Un abrazo muy fuerte.
Es la hipocresÃa de esta sociedad. Por eso, mis náuseas se deben a estas fechas en las que, todo lo que dices en este texto se hace más patente todavÃa.
Esa es la sensación que tengo. La hipocresÃa y la manera de esconder nuestras lacras sociales confundiendo la caridad con la justicia y «sentando un pobre a nuestra mesa» y embriagándonos con las luces de colores…En fin. Un saludo amigo Spender
Conocà gente que organizaba navidades en el manicomio, que brindaba y repartÃa regalos entre los «locos», y también a otros que la pasaban en la calle, con quienes no tenÃan dónde festejar. SerÃa bueno escaparle al mercantilismo y darle otro sentido a una fecha mágica en nuestra infancia soñada, serÃa bueno poder acercarle verdaderamente esa ilusión a otros. Y es bueno que tus palabras, como siempre, despierten nuestro corazón.
Querido alejandro. qué gusto verte por aquÃ. Estate atento porque yo también tengo una sorpresa para ti…
Gracias por venir a enredarte con mis palabras querido amigo.