Estaba allí, delante de la página en blanco, sintiendo el vértigo de las posibilidades infinitas, entre las que también se encontraba la de no ser capaz de escribir nada… La pluma temblaba entre sus dedos, y las palabras pugnaban por salir a borbotones, sin «orden ni concierto», dispuestas a teñir la inmensidad de aquella hoja que se ofrecía para ser sembrada. Tuvo miedo, pudor, desconfianza, intentó renunciar… Pero ellas, las palabras, siguieron llegando desde todos los recónditos lugares de su corazón; desde todos los oscuros rincones de su memoria; desde los más lejanos huecos; desde las más olvidadas esquinas polvorientas de su imaginación. Y las dejó allí, cómodamente instaladas en aquella página en blanco que alguien leería algún día, o que , tal vez, amarillearía para siempre en un cajón. ¿Y es que acaso importaba? Escribir era vivir, respirar, crecer, encontrarse, reencontrarse, hundirse y volver a emerger. Leeremos, y en ese instante, la magia de la palabra lo envolverá todo. Nos ungiremos de palabras, nos abrazaremos a ellas y este estúpido mundo cobrará sentido por un momento. Después de todo, nos salvarán las palabras.
Cualquier persona que escriba entiende perfectamente lo que hoy describes de esa bella forma: el pánico de la hoja en blanco, el temor a que no salga nada y también, por qué no, la libertad de que no salga nada porque quizá no es el dÃa…
Me gusta mucho eso que dices de que escribir es una necesidad, porque yo lo entiendo asà también. El otro dÃa estábamos en «El Invernadero» (el taller literario en el que participo) y justo leÃamos algunos pasajes de los diarios de Anais Nin y ella decÃa exactamente lo mismo: «Cuando no escribo, siento que mi mundo se encoge. Siento que estoy en la cárcel, que pierdo mi fuego, mi color. DeberÃa ser una necesidad como el mar necesita la marea. Yo lo llamo respiración».
Un beso grande y sigue regalándonos palabras…
Maravilloso, marisa. Las palabras son la base de la salvación, de la curación, las palabras tienen un poder infinito. Por eso los tiranos las quieren silenciar, por eso son tan odiosas a todos los manipuladores, a todos quienes pretenden que los demás vivan siempre en la ignorancia. SÃ, estoy de acuerdo contigo, las palabras que escribimos permanecen ahà y vuelven. Un beso enorme, uqerida amiga.
Comprendo esa sensación, aunque rara vez la he sentido, esa responsabilidad la dejo para vosotros, muy egoÃsta de mi parte, lo mÃo es leer vuestras palabras, la de todos los escritores que me gustan, y disfrutar con ellas, dirÃamos que soy el objeto pasivo.
Gracias por tus palabras y por el esfuerzo que pueda suponer, a veces, encontrarlas y enredarlas.
Un fuerte abrazo, Marisa.
La palabra es la salvacion del alma y del espiritu, ella nos hace y nos da la posibilidad, de soñar y aprender a vivir. Las paginas en blanco, las llenaremos de recuerdos, pero primeramente de palabras que hagan referencia a ellos.
Un Abrazo.
Páginas en blanco, desiertos, silencios, vacÃos…
Creo que tu entrada es materia común a los ciclos vitales. Véase el invierno.
Un beso, Marisa.
Ahhh… la temible página en blanco… Cuando tengo un guión mental procuro dejarlo de lado al principio, no pensar en objetivos, en corsés para desarrollarlos. Divagar en los primeros tramos de esa página, limitarse a mancharla, nada más, nada más, la palabra leve preparano el camino a la palabra, sólo asà se vence el miedo. Y luego vendrá el premio, escribir, vivir como bien dices. Que nos lean o no, ¿qué importará al final? Al final estamos nosotros y nuestro triunfo, palabra en mano, sobre el vacÃo.
Un abrazo, Marisa.
Amelie gracias por tu comentario…Tus palabras son tan hermosas que me alegra haber publicado esta entrada para poder disfrutar de ellas.Gracias por tu compañÃa.Besos enormes
Es verdad isabel.Las personas que vivimos con el gusano de la escritura dentro sabemos mucho del vértigo que produce la página en blanco pero también del poder de la palabra y de la tiranÃa que busca silenciarla.un beso muy grande querida amiga
Irene gracias…El esfuerzo y las dudas merecen la pena si uno estaá acompañado por lectores como tú.un besazo, guapa
SÃ Edu, lo haremos aunque a veces cueste…besos
Pepe…a veces los desiertos, la esterilidad, la apatÃa son fantasmas que nos cercan y nos vencen.Un abrazo y cuÃdate mucho
Mertxe, qué razón tienes.palabra en mano, me gusta esa imagen.Un beso muy grande preciosa.
No hay página en blanco que se resista cuando el corazón siente la necesidad de expresarse a través de la escritura…la necesidad de escribir es como una válvula de escape por donde fluye todo un mundo interno de sensaciones.
Bueno…y cuando se resista…siempre existirá un mañana más inspirado ¿no?
Besos.
Exacto, las palabras nos curan. A mi me liberan. Me visten.
Cariños.
Impersonem, Graciela…ha sido un tiempo de dudas que la página en blanco no hace sino aumentar pero si estáis aquà todo sigue mereciendo la pena.