«Speculum principis»

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A mis hijos, Irene y Pablo con la esperanza de que algún día les sean útiles estos consejos.

(I)

Atreveos a volar, no le tengáis miedo a las alturas. Respeto sí, pero nunca miedo. Habrá quien, desde allí, intente convenceros de que no es vuestro sitio. Que digan cuanto quieran, porque… si un espíritu libre y deseoso de aprender quiere volar, ¿quién puede impedírselo excepto su propio abatimiento?
No os dejéis abatir. Remontad siempre el vuelo…

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(II)

Aceptad las críticas, mas no os dejéis influir por ellas más de lo necesario. Es imposible que no os afecten, pero es importante que no os hagan sufrir.
El ego se alimenta de las palabras hermosas que otros nos dedican (aunque siempre hay quien se autoinflama), así que, si no se lo alimenta, enfermará,
os hará creer que no valéis nada, y sembrará la duda y el desconcierto en vuestros corazones.

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(III)

Por mucho que valga un hombre, nunca tendrá el valor más alto que el de ser hombre” Antonio Machado.
No lo olvidéis nunca. El valor que le adjudicamos a los que admiramos no debe convertirse en absurdo servilismo. Ninguna persona vale más que otra por el mero hecho de ser persona. Otra cosa es el éxito, la fama, el reconocimiento, la fortuna que sonríe a los audaces y a los que tienen un buen padrino. Pero vuestro valor se da por descontado, haced buen uso de él y reivindicadlo siempre que sea necesario. Ese sencillo principio de igualdad y respeto al semejante os alejará del despotismo y de la altanería.

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(IV)

La verdadera fama, lo más parecido a la vida eterna, es permanecer en la memoria de los que os amaron. Amar y ser amado es el verdadero éxito. Haced cosas que os gusten, desarrollad vuestras capacidades y vuestro talento, pero siempre sin compararos demasiado con los demás. Buscad vuestro lugar en el mundo y sembradlo de lo que os hace felices.La medida del éxito o del fracaso debéis ponerla vosotros mismos. Habréis triunfado si os sentís felices, independientemente de lo que piensen u opinen los demás.

Los que conmigo van.

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«yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va…»

Este verso siempre me ha parecido de los más bellos y enigmáticos de nuestra literatura. Tiene múltiples interpretaciones, pero a mí siempre me gustó aquella de que sólo mostramos lo que en realidad somos, el profundo secreto que todos guardamos, a las personas que caminan junto a nosotros, que nos acompañan, que nos aceptan y nos eligen entre la multitud.
Este año tal vez haya dicho mi canción a demasiada gente sin pararme a pensar en las consecuencias. Ha habido de todo, pero los sinsabores y las decepciones se olvidan y son agua que corre, y no debemos dejar que se estanque. El contrapunto lo ponen todos los que han escuchado mi canción y, sin conocerme, se han sentado a mi lado, se han enredado en mis palabras y me han emocionado con las suyas. Han sido muchos los que han unido su voz a la mía y así hemos tendido manos, hemos cruzado puentes, intercambiado versos, prosas y amigos, y multiplicado los afectos.
Si alguien me preguntara si ha merecido la pena abrir esta ventana al exterior, exponerme, mostrarme, dejar mis flancos al descubierto sintiendo como la daga entra directamente al corazón, sin dudarlo un instante contestaría sí, ha merecido la pena. Y aquí dejo mi canción, a la libre disposición de quien quiera detenerse a escucharla.

Fantasmas

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«De todas las historias de la historia,/la más triste, sin duda, es la de España(…)» J. Gil de Biedma

Vengo de visitar algunos blogs con una profunda tristeza. Blogs donde se anima a celebrar el 20N y a enaltecer la figura del caudillo, y donde se desprecia profundamente la memoria de los perdedores de la infame guerra que nos dividió y nos separó para siempre. No son blogs de partidos políticos de ultraderecha, sino bitácoras de carácter heterogéneo donde se habla de cine, literatura y opinión, pero… ¡qué opinión! Traigo el corazón helado, y un nudo en la garganta, y un sabor a pólvora quemada en mis labios.
Y,en estos días, no puedo sino apenarme e indignarme cuando leo o escucho a los que, nacidos y criados a la sombra de un sistema de libertades civiles, amparan, protegen y añoran un régimen totalitario y devastador que se construyó sobre la muerte, la represión y la venganza. Me enerva y me duele en lo más profundo de mis entrañas, y más profundo aún, escuchar el desprecio con el que tratan a los vencidos de la guerra civil y a sus familiares que ahora claman justicia y reparación. Incapaces de hacer causa común con aquellos que creían en lo mismo que ellos ahora disfrutan, no hacen sino minimizar el profundo dolor de los que lo perdieron todo y referirse a la cruel dictadura que protagonizó el fascismo español como «el régimen anterior» y al dictador como a un venerable ancianito ya muerto al que hay que dejar descansar en paz. En fin, RIP pero con la verdad, con el justo lugar que ocupan en la historia los sanguinarios, con Hitler, con Mussolini, con Stalin, con Pinochet. Los escucho reírse de los represaliados a los que tildan de «rojos» y revanchistas y no puedo por menos que pensar en los poemas de mi abuelo y con ellos en toda la verdad, la verdad de los míos, sus lágrimas de sal y su dolor profundo e infinito; porque la sombra de la memoria también es alargada…como la de su odio y su crueldad. Menos mal que me queda la poesía, la palabra, la vida, la belleza, la esperanza. Pero siento que hemos perdido irremediablemente, porque mientras haya quien se deje seducir por los totalitarismos, por la fuerza, por los dogmatismos, por las ortodoxias y los fanatismos ideológicos, el fantasma de la barbarie, de la intolerancia y de la violencia nunca será enterrado.
—–
PD. Ya se pueden dejar comentarios. lo arreglé por fin.

Los sabios "latiniparlos"

«Filosofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento «

A. Machado

¡Y cuánto saben todos!
Y yo, ¡qué poco sé!
Cuántas ínfulas vacuas,
palabros imposibles,
conceptos sin sustancia,
 infames  laberintos
que sólo nos conducen
al laureado ombligo
de los ineptos sabios ,
que creen saberlo todo.
¡Qué listo es todo el mundo!
¡Y qué tonta soy yo!
Cómo opinan de todo
con extrema arrogancia,
con superior desvelo,
con desprecio profundo,
e incluso, con rencor…
Y qué profundamente machadianos
nutridos en potajes de convento
tan subidos, tan cultos, tan  proteicos
( cambiando al son que tocan,
o al que les va mejor).

Homo viator

 

Somos, en tanto hay otro que nos mira.
Somos en tanto hay otro que nos ama,
somos siempre que alguien nos entrega
pero más, si nosotros entregamos.
Crecemos en la soledad de los caminos,
pero si andamos solos nos perdemos.
Necesitamos ser reconocidos,
amados, requeridos, vislumbrados…
Y cuando ya no estemos,
cuando no haya respuesta en el silencio,
seremos por que habrá quien nos recuerde.

——

La fama es transitoria, la memoria no.

 

pd. Si queréis dejar comentarios podéis hacerlo aquí.