«De todas las historias de la historia,/la más triste, sin duda, es la de España(…)» J. Gil de Biedma
Vengo de visitar algunos blogs con una profunda tristeza. Blogs donde se anima a celebrar el 20N y a enaltecer la figura del caudillo, y donde se desprecia profundamente la memoria de los perdedores de la infame guerra que nos dividió y nos separó para siempre. No son blogs de partidos políticos de ultraderecha, sino bitácoras de carácter heterogéneo donde se habla de cine, literatura y opinión, pero… ¡qué opinión! Traigo el corazón helado, y un nudo en la garganta, y un sabor a pólvora quemada en mis labios.
Y,en estos días, no puedo sino apenarme e indignarme cuando leo o escucho a los que, nacidos y criados a la sombra de un sistema de libertades civiles, amparan, protegen y añoran un régimen totalitario y devastador que se construyó sobre la muerte, la represión y la venganza. Me enerva y me duele en lo más profundo de mis entrañas, y más profundo aún, escuchar el desprecio con el que tratan a los vencidos de la guerra civil y a sus familiares que ahora claman justicia y reparación. Incapaces de hacer causa común con aquellos que creían en lo mismo que ellos ahora disfrutan, no hacen sino minimizar el profundo dolor de los que lo perdieron todo y referirse a la cruel dictadura que protagonizó el fascismo español como «el régimen anterior» y al dictador como a un venerable ancianito ya muerto al que hay que dejar descansar en paz. En fin, RIP pero con la verdad, con el justo lugar que ocupan en la historia los sanguinarios, con Hitler, con Mussolini, con Stalin, con Pinochet. Los escucho reírse de los represaliados a los que tildan de «rojos» y revanchistas y no puedo por menos que pensar en los poemas de mi abuelo y con ellos en toda la verdad, la verdad de los míos, sus lágrimas de sal y su dolor profundo e infinito; porque la sombra de la memoria también es alargada…como la de su odio y su crueldad. Menos mal que me queda la poesía, la palabra, la vida, la belleza, la esperanza. Pero siento que hemos perdido irremediablemente, porque mientras haya quien se deje seducir por los totalitarismos, por la fuerza, por los dogmatismos, por las ortodoxias y los fanatismos ideológicos, el fantasma de la barbarie, de la intolerancia y de la violencia nunca será enterrado.
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PD. Ya se pueden dejar comentarios. lo arreglé por fin.
Yo he tenido la suerte de no aterrizar por ninguno de esos blogs.
Estoy totalmente de acuerdo contigo.
Demasiados años de cruel dictadura para encima seguir recordándolo, muerto es como debe estar.
Un beso, Marisa.