Tejiendo historias

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Carmen Martín

«El hombre es un heredero, no un mero descendiente» J.Ortega y Gasset

Mi abuela me contó su historia muchas veces, mas no por repetida resultaba menos dolorosa. La historia triste y dramática de los Martín Gago era la misma que la de muchos españoles (la de demasiados, desgraciadamente…). Pero ella no se la calló, y la fue tejiendo en mi memoria para que yo supiera de dónde venía, cuáles eran mis orígenes… Aquella fue su herencia. Y ahora que se cumple el centenario de su nacimiento quiero dedicarle algunos cuentos. Son historias que ella me contó y hay en ellas mucho de verdad y un poco de literatura.
Así nació La memoria herida , un grupo de relatos breves en los que, de manera circular, se fusionan pasado y presente para, con breves pinceladas (a modo de aguafuertes de un tiempo que pasó) mostrar las penurias de la represión desde el punto de vista de las “perdedoras” (mujeres anónimas que formaron parte, casi sin quererlo, de una tragedia histórica). He cambiado los nombres de las protagonistas incluido el suyo; pero he mantenido el espíritu de su dolor y de sus tristes experiencias, fruto de aquel tiempo terrible que les tocó vivir.
Cada cuento es una unidad en sí mismo; y, a su vez, forma parte de un todo superior que es la línea argumental o eje vertebrador de todos ellos: la memoria. Aunque los personajes tienen relación entre ellos, podrían no tenerla. Sus historias son independientes; pero juntas, forman el tapiz que reconstruye la fragmentada memoria de los vencidos.
Cada semana uno de estos breves relatos verá la luz como homenaje a aquellos que ya no están, pero cuyo recuerdo nos dejará siempre «harto consuelo» a los que aquí quedamos.

2 opiniones en “Tejiendo historias”

  1. La memoria, incluso de los momentos más dolorosos, deja su rastro.

    «Somos materia de extrañeza
    quién nos lo iba a decir a nosotros
    que hemos sufrido tanto
    Pero nuestra memoria no arde
    y ya no sabemos morir

    Memoria de la vida,
    memoria de los días y la vida,
    cuchillo que abre el mundo
    esparciendo unas vísceras que no consigo descifrar.

    Memoria de las tardes y la luz,
    alumbras la mirada
    eres el vigía implacable,
    la brújula severa, el testigo carcelario
    que anuda el tiempo en su mazmorra.

    Qué buscas, memoria, qué andas buscando.
    Me sigues como un perro hambriento
    y tiendes a mis pies tu mirada lastimera;
    husmeas, perniciosa, en el camino
    el rastro de los días que fueron,
    que ya no son y que jamás serán.

    Te arropan los andrajos de la dicha
    y la desolación te ha vuelto precavida;
    memoria de la vida, memoria de los días y la vida.»

    Guadalupe Grande: El libro de Lilit

  2. “ La vida de los muertos está en la memoria de los vivos”
    Cicerón
    “Las gentes que nunca se preocupan por sus antepasados, jamás mirarán hacia la posteridad”
    E .Burke
    No tengo mucho más que decir…

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