Septiembre es un mes dulce. Tan lleno de proyectos, de reencuentros, de propósitos nuevos… Muchos nunca se llevarán a cabo, pero ¡es tan dulce hacerlos!
Me gusta el lento cambio de la luz del estío que se hace otoñal. El verano se arrastra, perezoso, apurando sus últimos instantes como si no quisiera despedirse, aplazando su postrero estertor.
Septiembre sabe a frutas que se abren, a bodegón de membrillos y de higos,a tardes de tormenta y hojas que amarillean, como si presintiendo su caída, se les fuera el color.
Septiembre es el refugio deseado, apetecido, ansiado, suspirado, de aquellos que sentimos el peso del verano como un plomo mortal que nos aletarga, sumiéndonos en un sopor insufrible y tedioso.
Septiembre despereza las mañanas acortando las tardes, y el equinoccio marca la llegada de la nueva estación. Empieza el ritual de la naturaleza, que sabe a ciencia cierta que debe desprenderse de sus galas y recibir desnuda los fríos vientos del norte.Comprendemos, entonces, que la vida no acaba, que el círculo se cierra indiferente a nuestra feroz lucha contra el tiempo.
Septiembre nos susurra suavemente que es momento de retomar de nuevo la senda abandonada en los cálidos meses.
Y yo me preparo para recibirlo: emocionada, expectante, jubilosa. Como siempre creí que se merece un mes tan denostado por la prensa.
Siempre supe que detrás de esa cara bonita habÃa mucho más… Y leyendo tu blog no he hecho sino corroborarlo. Tienes una sensibilidad y una forma de hacer las cosas muy personal. Nos gusta tu blog y te echamos de menos por aquÃ.
Pues muchas gracias por tus palabras, piropo incluido… Yo también recuerdo los años que pasamos en aquel instituto y las ilusiones pedagógicas que allà se quedaron. Un abrazo
Lejos me habÃan quedado a mi los «septiembres» como comienzo de nada o de todo… lejos quedaron también aquellas ideas que uno tenÃa en la cabeza… pero este año septiembre supone un inicio y hasta me he reencontrado con eso que muchos llaman «vacaciones».
Gracias por saber plasmar en palabras lo que a mi, con la torpeza habitual que tenemos de esos de «ciencias» no sabemos nunca como expresar.
Los que nos dedicamos a la enseñanza sentimos que los años comienzan en septiembre. Todo empieza en septiembre. Como siempre, gracias por tus palabras.
Septiembre siempre es un prodigio con sus «resurrecciones»:
«Si alguna vez vivo otra vez
será de la misma manera
porque se puede repetir
mi nacimiento equivocado
y salir con otra corteza
cantando la misma tonada.
Y por eso, por si sucede,
si por un destino hindostánico
me veo obligado a nacer,
no quiero ser un elefante,
ni un camello desvencijado,
sino un modesto langostino,
una gota roja del mar.
Quiero hacer en el agua amarga
Ias mismas equivocaciones:
ser sacudido por la ola
como ya lo fui por el tiempo
y ser devorado por fin
por dentaduras del abismo,
asà como fue mi experiencia
de negros dientes literarios.
Pasear con antenas de cobre
en las antárticas arenas
del litoral que amé y vivÃ,
deslizar un escalofrÃo
entre las algas asustadas,
sobrevivir bajo los peces
escondiendo el caparazón
de mi complicada estructura,
asà es como sobrevivÃ
a las tristezas de la tierra.»
Pablo Neruda
Sobrevivir a las tristezas de la tierra…DifÃcil tarea para un simple mortal. En fin, resurgimos siempre de las cenizas y caminamos con nuestro equipaje de experiencias. Por mucho que nos pese, la alegrÃa y el dolor siempre viajan con nosostros.
Brutal poema de Neruda que encaja tan bien con tu prosa poblada de imágenes. Me encanta tu blog y tus «comentaristas» que me permiten retomar la literatura de siempre, la que vivà en mis años escolares y que tengo abandona por otros placeres menos clásicos.
Un beso para todos. A Pablo ya se lo he enviado por teléfono, pero se lo re-transmites.
Ya sabes que en este rincón siempre eres bienvenida. Un abrazo