«A distinguir me paro las voces de los ecos(…)» A. Machado
Me gusta resguardarme a la sombra de los grandes poetas, cobijarme entre sus versos, alimentarme de sus frutos y su savia, sentirme resguardada del inhóspito enjambre en el que habito, y recobrar la armonía perdida en los duros embates de la monotonía.
Este ha sido un año lleno de descubrimientos literarios y artísticos. Nuevas voces se han abierto camino entre los tumultos y la algarabía y me han hecho sentirme menos sola, menos confusa, menos ausente. Siempre, desde pequeña, quise sembrar el mundo de palabras; pero también deseaba recogerlas, recolectarlas cuidadosamente, y paladearlas lentamente hasta hacerlas mías. Siempre me ha gustado habitar en las palabras, en las propias y en las ajenas.
Quiero dedicar esta entrada a todos los que me han regalado sus palabras tan generosamente en este tiempo que hemos compartido, a todos los que se llevaron las mías con ellos en algún momento, a los que leyeron y callaron porque el silencio es también un bello lenguaje. Y quiero dedicársela a las nuevas voces que me conmueven cada día cuando salgo a recibirlas y las reconozco entre los ecos. Gracias a las necesarias «caricias perplejas» de Olga Bernad, a «las diosas y las nubes» donde Juan Manuel Macías teje sus «divinos» versos, a los maravillosos «divagues» de Santiago Bosco , a las siempre acogedoras «miradas íntimas» de Carmen Jiménez, al mágico «desván» donde guarda sus libros Marta López, al «cuaderno de versos para la luna» de Maria José y a los «bosques» de Borromín que aún no he podido transitar. Gracias a todos, los que estuvisteis, los que todavía estáis, por enredaros entre mis palabras.
Gracias a ti, Marisa, por poner palabras a mis propios sentimientos. Creo que coincidimos incluso más allá de las palabras. Incluso en esos silencios que pueden parecer improductivos pero son igualmente necesarios.
Es para mi un honor que compartas conmigo algunas de «mis miradas Ãntimas», y un lujo haberte descubierto.
Un abrazo bien fuerte,
Carmen
Lo mismo digo. Compartir palabras es una forma maravillosa de coincidir. Un abrazo muy fuerte también para ti.
No podemos más que reconocer lo que nos alimenta y enriquece cada dÃa, damos gracias de no estar tan sólos como para que no se oigan nuestros gritos y de los lectores-amigos mejor que se reconozcan en ti: como Rubén DarÃo escribió «A Juan Ramón Jiménez»
«Â¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?
¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darÃas caza?
¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?…
¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde»
RUBÉN DARÃO
Y no dudes «tu corazón interpreta las voces ocultas» no tengas miedos; sigue trabajando sin descanso y que «la belleza te cubra de luz». (De «DÃos», ya te guardas tú)
Gracias por todas las palabras que me has ido regalando en estos meses. Intentaré seguir… Aunque no tengo coraza, ni soy demasiado valiente, sà me enternece la belleza, sà escucho pensativa y sà interpreto, lo mejor que puedo, las voces ocultas de mi corazón.
Gracias a ti. De verdad que me siento alagado por tus palabras, pero he de decirte que más agradecido estoy yo, por tener la suerte de haber dado con tu «bosque» particular, ya que desde ese dÃa, he dejado de sentir la soledad que provocan ciertas sensaciones, de las cuales sigo reiterando mi total incapacidad para plasmar en un papel, y más aún con la delicada belleza con la que tú sabes hacerlo.
Un fuerte abrazo, desde este «verde» que puedes considerar como tuyo.
Todo lo que digo es verdad. No son fruto del halago sino del agradecimiento más sincero. Sin vuestras voces, sin vuestras palabras nada serÃa igual. Un agradecido abrazo.
Sé bien cuánta sinceridad hay en tus palabras. Nada te es ajeno, te gusta dar y recibir palabras. Enhorabuena por tus blogs, son parte de nosotros, los que te leemos y disfrutamos contigo.
Pues muchas gracias por leerme. ¿Qué más puedo pedir? Dar y recibir es una dialéctica necesaria a la que no estoy dispuesta a renunciar. Un abrazo
No sabes cómo me gustarÃa ser una de esas nuevas voces que mencionas. Si tú las has descubierto es porque merecen ser escuchadas. Admiro tu sensibilidad y tu humildad. Nunca te jactas de tu valÃa y además nos agradeces que estemos aquà cuando somos nosotros los que debemos darte las gracias por mantener este blog y no guardar tu talento para conferencias, cursos o publicaciones que te serÃan más lucrativas. Yo sé de muchos que todo esto, y mucho menos, sólo lo hacen con la chequera por delante… Bueno felicidades a ti y a las voces que mencionas.
Gracias por tus amables palabras. Ya sabes que soy poco amiga de las conferencias y los cursos y que me gusta la libertad del blog, el no autocensurarme demasiado y crear por el gusto de hacerlo. Todas esas voces que menciono merecen mi respeto por su talento y mi agradecimiento por lo que me han enseñado. Tú también lo mereces y todos los que dejáis aquà vuestros testimonios. Abrazos
Pero bueno, Marisa, ¡dos dÃas sin venir por aquà y me encuentro la sorpresa de verme citada en una de tus entradas! Para mà es un honor y una alegrÃa formar parte de las voces que te conmueven.
Algo hay que tener dentro para mirar y ver la belleza en los demás.
Ya te he comentado alguna vez que yo siempre busco a los otros, cuando leo e incluso cuando escribo. Las caricias perplejas son un gesto hacia afuera.
En mi caso, demuestras siempre generosidad. Admiro a Juan Manuel (y me sorprende su lectura siempre atenta conmigo), conozco y visito con frecuencia las bitácoras de Santiago y Marta (qúe pena esa Relataria perdida…). Empiezo a conocer a Carmen y me has llamado la atención sobre Mª José y BorromÃn.
Pero hoy voy a felicitarte por ser tú, por ser como eres.
Para mà habéis sido un maravilloso descubrimiento y un regalo de un valor incalculable. Sigue con tus «caricias perplejas» , yo seguiré «enredandopalabras», y entre todos intentaremos que las emociones y la literatura sigan floreciendo . Un abrazo muy fuerte.
¡Muchas gracias, Marisa! Que mi blog le guste a alguien con tu exquisito sentido de la literatura es un lujo. Besos.
Muchas gracias, Marisa. ¿Qué puedo decir? Te agradezco mucho tus palabras, de verdad, y me empujan a seguir escribiendo. La poesÃa no es nada sin lectores, y yo me siento más orgulloso de lectores como tú, que mejoran con creces lo que uno pueda escribir, siempre con un gran equipaje de dudas, pero sin poder dejar de hacerlo, con una fatalidad un tanto extraña. Y me siento muy bien acompañado, como mero lector. Sigo a MarÃa José y a Santi, ejemplos de sensibilidad y buen gusto. A Marta la conozco ya desde aquel viejo «cajón de opiniones» y su «relativamente», lugares que tanto he disfrutado. Soy lector asiduo de Marta López. Visitaré a Carmen Jiménez y a BorromÃn. Y celebro que estemos de acuerdo en la admiración por las (sÃ, necesarias, lo subrayo) «Caricias perplejas» de Olga Bernad, poeta, que toca las palabras, ya sean e verso o en prosa, y las hace volar. Es un honor tener lectores como tú. Un abrazo grande.
Marta, tu desván me atrapa siempre que entro y sabes que soy y seré una incondicional lectora que agradece tus recomendaciones literarias. Un abrazo muy fuerte.
Que tus versos son literatura de la que merece la pena hablar está fuera de cualquier duda Juan Manuel. Poder compartir con vosotros mis pasiones literarias, mis dudas creativas y mis lecturas es un placer y una manifestación de los lazos de afecto que se tejen en torno a la literatura. Un abrazo también para ti.