La página en blanco.

Estaba allí, delante de la página en blanco, sintiendo el vértigo de las posibilidades infinitas, entre las que también se encontraba la de no ser capaz de escribir nada… La pluma temblaba entre sus dedos, y las palabras pugnaban por salir a borbotones, sin «orden ni concierto», dispuestas a teñir la inmensidad de aquella hoja que se ofrecía para ser sembrada. Tuvo miedo, pudor, desconfianza, intentó renunciar… Pero ellas, las palabras, siguieron llegando desde todos los recónditos lugares de su corazón; desde todos los oscuros rincones de su memoria; desde los más lejanos huecos; desde las más olvidadas esquinas polvorientas de su imaginación. Y las dejó allí, cómodamente instaladas en aquella página en blanco que alguien leería algún día, o que , tal vez, amarillearía para siempre en un cajón. ¿Y es que acaso importaba? Escribir era vivir, respirar, crecer, encontrarse, reencontrarse, hundirse y volver a emerger. Leeremos, y en ese instante, la magia de la palabra lo envolverá todo. Nos ungiremos de palabras, nos abrazaremos a ellas y este estúpido mundo cobrará sentido por un momento.¡Nos salvarán las palabras!

5 opiniones en “La página en blanco.”

  1. Como veo que te gusta la poesia te dedico esta, es una que me aprendi cuando era pequeñita. Seguramente la conoces porque es muy conocida, pero es bonita.

    Cultivo una rosa blanca
    en Julio como en Enero,
    para el amigo sincero
    que me da su mano franca
    y para el cruel que me arranca
    el corazón con que vivo,
    cardo ni ortiga cultivo,
    cultivo una rosa blanca.

    Espero que te guste, besitos.

  2. «Si algo en el fondo de ti te dice: «tú no eres pintor», es entonces cuando hace falta pintar, viejo y esta voz también se callará, pero solamente por este miedo, aquél que sintiendo esto se va a casa de sus amigos y les cuenta sus penas, pierde un poco de su energía, un poco de lo mejor que lleva dentro»
    Vincent Van Gogh «Cartas a Theo»
    «En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser»
    José Saramago

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