Afectos y desafectos.

Me gusta la gente accesible, amable, cercana, cálida y sin dobleces. La gente que sonríe sin mueca de cinismo. No me gustan los soberbios, ni los falsos indulgentes, ni los que utilizan la crueldad gratuita y las largas distancias del corazón helado y la naranja amarga.
Me gustan los poetas que sangran en sus versos y se dejan en ello las vísceras y el alma. Me gustan los que aúnan el don y la maestría. No me gustan los tenores huecos; los cinceladores que no transmiten nada; los seguidores de la «gaya ciencia» que desprecian a los que llaman, por error, a las puertas cerradas de sus parnasos.
Me gustan los maestros que enseñan con pasión, que transmiten el amor por lo que hacen, que abren puertas y ventanas para dejar entrar la brisa fresca de la cultura y el conocimiento. No me gustan los falsos profetas; ni los que enseñan sin vocación, aburridos, hastiados, acomodados y sobrados de sí mismos.
Me gustan los amigos que no te piden cuentas; que saben dónde estás y te respetan; que se emocionan contigo y se paran a oler la flores que has plantado, y se pasean por tus perdidos bosques sin esperar llegar a ningún sitio, sólo por el placer de acompañarte. No me gustan los que se acercan tanteando el terreno, por ver si les interesa lo que ofreces; los que no te contestan cuando llamas y pasan de puntillas cuando sufres. Y luego, un día, cuando ya no les sirves, huyen callados por la puerta falsa, o te niegan el saludo para que así comprendas tu lugar…
Me gustan los que callan, aun sabiendo, por no ridiculizar a los que saben menos. Los que se acomodan a cada situación sin resultar forzados ( «donde hay vino beben vino, donde no hay vino agua fresca»), y no alardean de lo que otros no tienen. No me gustan los pedantes engolados que sientan cátedra de todo sin humildad ni vergüenza, los autosuficientes que se sienten superiores y confunden valor y precio, los cínicos que miran el mundo desde arriba con ira y resentimiento, escupiendo su hiel por doquier y sin mesura.
Me gusta los que están siempre dispuestos a aprender y a enseñar, los que aplican la dialéctica de dar y recibir de forma ecuánime, los que acarician con ternura, los que abrazan con fuerza, los que lloran sin miedo y ríen sin pudor. No me gustan los abanderados de la moral y las buenas maneras que nunca se permiten un error ni, menos aún, se lo permiten a los que les rodean.
Me gustan los vencidos, los humildes, los que se saben solos en este mar de dudas y a pesar de todo siempre tienden la mano a quien lo necesita. Los que entieden que, a veces, es necesario, incluso imprescindible, estar triste y no por ello dejar de defender la alegría. No me gustan los falsos optimistas ni los pesimistas endémicos.
Me gustan los que escuchan una segunda opinión, por si acaso se hubieran confundido, y no temen pedir perdón cuando constatan que se han equivocado. No me gustan los que se creen poseedores de la verdad absoluta, y no quieren buscar la cara oculta de la luna por ver si esconde algo que ellos desconozcan.
Me gustan los que te acogen cuando llegas, los que te hacen sentirte como en casa y los que no albergan más ambición que la de intentar ser felices y hacer un poco más felices a los que les rodean. No me gustan los que te hacen sentir que llegas a deshora, o que no has sido previamente invitado. No me gustan los que levantan falsos rumores sin preocuparse de comprobar si son realmente ciertos, sólo porque es más fácil seguir una cuerda que desatar los nudos.
Me gustan los que piensan que la vida de un hombre vale más que una idea, los que convencen sin imponer, los que se preocupan porque el mundo sea más justo y más humano, los que no pintan fronteras sino horizontes, los que se conmueven ante el dolor ajeno o la miseria, los que ceden, los que se retractan, los que estrechan la mano del contrario cuando termina la partida, los que huyen de los dogmatismos y la intolerancia, los que no se dejan encasillar. No me gustan los que defienden la dialéctica de los puños y las pistolas, los que vencen , los que humillan al vencido, los que se vengan, los que imponen por la fuerza, los intolerantes, los elitistas, los que se creen «elegidos», los que abonan la miseria y la ignorancia, los que defienden sus intereses y sus privilegios por muy injustos que estos sean, los que prefieren las banderas a las personas, los que desprecian lo que ignoran. No me gustan los fascismos, ni los totalitarismos, ni los imperialismos,ni los fanatismos, ni la violencia, ni el adoctrinamiento, ni las consignas, ni las academias, ni los tiranos, ni los verdugos, ni los justicieros, ni los profetas, ni los uniformes.
Me gusta la poesía, la música, los árboles, el librepensamiento, la justicia social, los libros, los niños, los viejos, los bancos, los caminos, las estrellas, la utopía… Me gusta prodigarme, mostrarme como soy (excesiva, impaciente, pasional, «sentimental, sensible y sensitiva»…), multiplicarme en todos los afectos, y no poner barreras. Me gusta que la vida, «de vez en cuando, me bese en la boca (…)», y no me deje caer en el desamparo. Y que el viento desordene mis cabellos, mientras me dejo llevar por su caricia… Estos son mis afectos y mis desafectos; lo que me hace vibrar, lo que repudio; lo que me hace ser yo, sencillamente.

Si pasáis por aquí os invito a que hagáis este ejercicio de introspección, porque no sé si a alguien le podrá ser útil, pero a mí me ha resultado, cuanto menos, liberador y terapeútico. Y para abrir boca os invito también a que leáis Gustos y disgustos de Carmen Jiménez, que me inspiró, junto con otros, este juego de contrarios para no confundirnos en la niebla.

46 opiniones en “Afectos y desafectos.”

  1. He leído todos tus afectos y desafectos con la piel erizándoseme en cada uno de ellos. Con la garganta aprisionada y los ojos emocionados al borde de la lágrima. Porque mientras existan personas como tú, habrá esperanza para este mundo.
    A mi me gustas tú. Me gusta tu humanismo, tu sensibilidad, tu humildad, tu poesía en la que sangran tus versos y te dejas las vísceras y el alma. Me gusta tu casa en la que me siento acogida, y tus visitas en mi rincón en el que si no hay vino, bebes agua fresca.
    Gracia, gracias, gracias.

  2. Cuando leí tu entrada hace unos meses me emocionó profundamente. Empecé a escribir y ahora lo he retomado con fuerza. Gracias a ti por inspirarme, por ser honesta y sensible. Por venir, por leer, por emocionarte, y , sobre todo, por decírmelo. Mil besos.

  3. «Me gustan los maestros que enseñan con pasión, que transmiten el amor por lo que hacen, que abren puertas y ventanas para dejar entrar la brisa fresca de la cultura y el conocimiento». ¡Pero si todo eso y más lo eres tú!, porque también eres una gran persona (risueña, alegre… y un largo etc) en la que se puede confiar y por supuesto una gran amiga.
    Como siempre, otra de tus entrada que me han gustado, ¡Me encanta erredarme en tus palabras!
    Bsss

  4. Espero que estés mejor y que te incorpores muy pronto. Gracias por considerarme así. Con alumnos como tú uno comprende mejor que no equivocó su deseo de enseñar… Un besazo.

  5. Sí, yo también firmo lo expuesto, pero oye, encontrar el camino para encontrar gente cálida y de calidad no es tarea fácil. Me da que es un actitud generosa la tuya. Te haré caso..

    Un abrazo,

    Marta

  6. Me gusta lo mismo, y me disgusta lo mismo… tal vez por eso me identifique tan fácilmente en tus versos, porque tal vez hablen más de una vez de lo mismo que me pase a mi.

    Desprendida actitud la tuya, generosa al compartir con los demás ese don tan maravilloso que es el de la palabra.

    Un fuerte abrazo.

  7. Tu blog es un descubrimiento para mi. En estos tiempos de mudanza y de una cierta confusión, en los que algunos pretenden confundir los valores y tergiversar la memoria, es una alegría encontrar personas así. Leyendo esta entrada no me extraña tu pasión por poetas como Cernuda. Pasión que comparto, pasión por la libertad.

  8. Muchas gracias por tus palabras Daniel, que son alentadoras en los tiempos que corren. Ven siempre que quieras,será un placer tenerte por aquí, leyendo y comentando.Un afectuoso saludo.

  9. Uf. He leído tu post de tirón, y suscribo tus palabras, y aprendo de ellas, y me resultan hermosas y sinceras y sencillas. Acabo de recalar por primera vez en tu blog. Dejo para otro día leer tus comentarios de Cernuda, Machado, Whitman… Es bonito pensar que los blogs nos ayudan a no confundirnos en la niebla. Me gustaría que pasearas por mi blog de poemas y por mi blog de observaciones.
    http://fotopoemas-javiergutierrezpalacio.blogspot.com/
    http://observatorio-javiergutierrezpalacio.blogspot.com/

  10. Me he paseado por tus blogs. Me han gustado mucho. espero que sigamos en contacto. Te he dejado los comentarios con mi cuenta de blogger y llevan a mi blog de poesía. Echale un vistazo por si te interesa. Gracias por venir, ha sido un precioso regalo de lunes conocerte. Un abrazo.

  11. Leo hoy este post tuyo… a través del enlace directo de tu otro blog.

    ¿Dónde hay que firmar para suscribir tus palabras?. Tal vez seamos pocos, tal vez, nunca lo sabremos, pero no nos ha importar.

    Un fuerte abrazo, por dejarnos pasear por tus palabras

  12. Tampoco había leído esto, cada vez que por tus escritos, voy conociéndote más, más te admiro, más me gusta tu forma de ser, tu sencillez y tu sensibilidad. Casi todo lo que dices lo hago mío, pero he de ser sincera, creo que me superas en muchas cosas.
    Todo lo que escribes es poesía, cómo me gustaría ser capaz de hacerlo así de bello, pero me conformo con tener la suerte de poder disfrutar leyéndolo.
    Un besazo, preciosa.

  13. Dulce Marisa: Me ha encantado este texto sobre los afectos- desafectos.
    Me gusta como lo dices y lo que dices.
    Eres así: Sencilla, leal, cariñosa, directa, sensitiva, dulce.
    Que poco me gustán las personas que tienen dobleces.

    Que suerte haber encontrado a una persona tan «entera»

    Te quiero.

  14. Marisa, la fotografía imagino que eres «mi dulce Marisa.»

    Sí, así es.te digo:
    ¡GUAPETONA!
    ¡ HERMOSA!

    Si no es así, tambien la niña es muy ¡GUAPETONA!

    Muchos besicos.

  15. He leído que te marchar unos días junto al mar y me he puesto a dar vueltas por tu palacete, no me preguntes cómo he llegado a éste, tu otro blog, que sabía que existía, pero que puedo visitar menos que el otro (y mira que llevo unos meses terribles al respecto) Viendo lo que veo me tiro literalmente de los pelos ¡qué rabia perderme tanta belleza!
    Sabes que me encanta esa forma tuya de escribir que me transmite una paz y unas sensaciones maravillosas… y las echo de menos.

    Pásalo muy bien en tus vacaciones y disfruta del mar.

    ¡qué alegría que podamos encontrarnos y conocernos personalmente en Madrid el día 26…. me muero de ganas!

    Un placer pasear tus líneas.

    Besazo.

  16. Hola hermosa Marisa, ya habia leido estos afectos y desafectos tuyos, y hoy los he releido. Ya no es una novedad decirte que me encantan tus escritos. Es esa forma dulce y definitiva que tienes de nombrar las cosas. Besos

  17. Gracias Luisa, Gemma y Jaud…Como no paso por aquí ovidé responder a vuestros generosos comentarios.así da gusto que la lean a una y que me muestre ante todos sin coraza.Un abrazo enorme

  18. Marisa, me ha encantado este escrito. He disfrutado muchísimo y me ha transmitido mucha paz y tranquilidad. Me gusta tu forma de escribir, de comunicar y de sentir. Gracias por compartirlo. ¡Te felicito, de verdad!

  19. Escribes muy bien y tienes un gran talento. Yo leo mucho pero hago muy pocos comentarios. Sé que debo escribir, pero soy tímido y me da miedo malinterpretar, herir, confundir o alabar sin causa. Esta vez te alabo por diversas causas, entre ellas tus relatos sobre la historia pasada. Un abrazo muy cafriñoso.

  20. Hola Marisa, anoche descubri este texto y me quede prendada, me sedujeron tus palabras. Esta mañana, no he resistido la tentacion y he encendido el ordenador de nuevo para volverlo a leer. Las personas como tu hacen este mundo mas habitable. Gracias.

  21. Me gusta tu ser, tu sentir y tu decir, por los horizontes que abren y por las fronteras que borran, por los puentes que tienden y por las barreras y murallas que derriban, empatizo al cien por cien con tu sentir y con tu decir… y aunque soy un pesimista declarado, no sé si endémico, lucho cada día por ser como los que te gustan, pero en la introspección que muchas veces hago me encuentro frente a frente con los innúmeros defectos que adolezco y que aún tengo que corregir… y es que estas introspecciones como la que nos muestras a mí me sirven para ver la viga en mi ojo y ser más comprensivo con la paja del ojo ajeno…

    Este texto que nos has ofrecido está cargado de brillantes luminarias que sirven de referente para no perdernos en la niebla de los prejuicios y no escastillarnos o amurallarnos en un infranqueable ego.

    Te traslado mi empatía, mi afecto y un fuerte abrazo. Gracias por un texto así.

  22. Buenas tardes Marisa, sabes, es la primera vez que entro en tu espacio, yo…soy nueva en estas lides de la poesía, de la informática, de hablar escribiendo.
    Leyendo este escrito me parecía verte, en la plaza del Pilar con ese aire de colegiala, alegre, jovial, sencilla, brillando con la luz de los que no necesitan interruptores, si me permites seguiré tus escritos y tus poemas nacidos de la sinceridad.
    Un abrazo, fuerte, fuerte

  23. Marisa, fue una sorpresa muy agradable encontrarme con este blog. Hay cosas muy sentidas, muy reales en todo lo que dices, incluso me tomé el atrevimiento de leer este post en familia. Revisé cada una de las entradas previas y me han llenado mucho.
    Seguiré visitándote. Todo mundo debería hacerlo.
    Saludos desde México

  24. Roberto cervantes dijo:

    Marisa, fue una sorpresa muy agradable encontrarme con este blog. Hay cosas muy sentidas, muy reales en todo lo que dices, incluso me tomé el atrevimiento de leer este post en familia. Revisé cada una de las entradas previas y me han llenado mucho.
    Seguiré visitándote. Todo mundo debería hacerlo.
    Saludos desde México

  25. Marisiña: ¡claro que te entiendo, te comparto y me gustaría ser vida, que entre esos afectos esté algo de mí y nada de mí en tus desafectos! (por cierto en los desafectos veo en todo y en sus partes a Manolo Vidal).
    Yo tengo un texto juvenil, casi infantil, con lo mismo pero de palabras, sustantivos, adjetivos verbos y adverbios, por ejemplo:
    Me gusta: el mar, la amistad, el color, el amor, el verde, la poesía, el campo, cagila, un abrazo, correr, leer, ahora, mañana…
    No me gusta: lo oscuro, la mañana fría, el odio, dictadores, dolor, servidumbre, obedecer, mirar para otro lado, cárcel, soledad…
    Si lo encuentro, que creo que no, te lo enseñaré. Un beso.

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