A veces las relaciones con algunas personas, que pasan por nuestra vida de manera intermitente, no son más que meras interferencias. Un día están aquí, como si siempre hubieran estado, y de pronto, sin saber cómo, ni cuándo, ni por qué, desaparecen como el aliento tenue de una vela, como el sol que cubre una nube, como las hojas secas que barre el viento.
Y nos quedamos quietos, extrañados, tal vez algo confusos, tal vez algo vacíos. Pero la vida está llena de esas interferencias, de esos encuentros fugaces, fortuitos, que nos enseñan algo, o no…¡quién sabe!
Todos vamos de paso; pero algunos deciden instalarse, por un tiempo, en las vidas de otros, y llenarlas de risas, de palabras, de penas compartidas, de tardes de cine y semáforos en rojo, de lluvia, de cafés y de libros prestados. Y cuando ya no estén, cuando se vayan, nos quedará su ausencia.
Y en algunos momentos me pregunto dónde estarán ahora aquellos que se fueron, los que un día rieron a mi lado y compartieron versos y proyectos de juventud dorada, los amigos del alma, los que cogieron trenes que yo no cogí, o que perdí, o que dejé pasar. Pero ya se han borrado los paisajes, y el tiempo «gran escultor», ha desgastado los perfiles, y se ha llevado todas las promesas. Son sólo interferencias, me digo, interferencias…
Pero, a veces, no podemos evitar que nos afecte que lo pongan todo patas arriba, y que aparezcan y desaparezcan sin que nos demos cuenta. Y después, sólo una pequeña cicatriz, a penas perceptible, nos recuerda que estuvieron allí. Cenizas y rescoldos, que delatan sin dudar, el lugar olvidado donde ardió una hoguera…
Una simple frase, un simple comentario, un pequeño guiño, justifica la aparición de un personaje en la historia. Porque, tal vez, esa frase, esa palabra, dé sentido a toda la historia y, acaso, sea la resolución del enigma.
Pues tienes razón. Una simple frase, tan sólo una palabra, un autobús perdido, o cogido en el último momento cambia nuestras vidas ( a veces para siempre o a veces por un breve instante pero igualmente provechoso)
Un placer inmenso tenerte por aquÃ…
Nuestra vida es una cadena de renuncias, hay que ser conscientes de ello, y de que no puede ser de otra manera. Por ca decisión que tomamos descartamos otras muchas que podrÃan llevarnos a lugares insopechados. Asà es la vida, para lo bueno y para lo malo. Tal vez el fallo es que deberÃan darnos varias vidas para poder probarlo todo… Una vez escribà una copla sobre eso:
Si me dieran otra vida
para corregir mis fallos
tan solo procurarÃa
cometerlos más despacio…
Un beso, Marisa
¡Qué bonita copla! Gracias por ese regalo. Tienes razón, pero a veces no podemos evitar sentir la ausencia de los que ya no están, de los que nos dejaron esperando , «chupando un palo sentados sobre una calabaza…»
Un beso para ti Juan Antonio.
Interferencias. Bonita palabra que tú llenas de sentido. A veces, incluso una mirada perdida entre cientos de miradas, la rescato y pienso en el peso que tiene sobre mis propios ojos. Cómo no sentir esas interferencias de las personas que un dÃa pasaron por tu vida y la llenaron de risas o de penas. Recuerdos que van configurando una hoguera cada vez más grande que no me atrevo a prender por si arden y no quedan ni los rescoldos. La soplo cada dÃa, aunque a veces, confieso que me falta el aire, y veo como si una sombra ascendiera en forma de humo, como si alguna sombra se alejara para siempre. Entonces siento frÃo y me dejo calentar por esa hoguera que todavÃa arde, y sigo añadiendo leña para que nunca deje de darme calor.
También me gusta la palabra conexión. Y éso es precisamente lo que he sentido al leerte. No hace mucho escribà sobre un tren que partió sin mi. Sobre un destino que podrÃa haber sido, pero que tal vez, precisamente, mi destino fuera no cogerlo.
Un texto afectivo, como tú, sugerente y lleno de calor.
Gracias por compartir tus rescoldos.
Yo también siento contigo esa conexión de la que hablas, ese invisible hilo que nos une en sensibilidades, vivencias y lecturas. Gracias por enredarte entre mis palabras una y otra vez. Un abrazo muy fuerte.
Los que, voluntariamente, han decidido no estar a tu lado o son ciegos o están locos… Yo , querida amiga nunca abandonarÃa un tren en el que tú fueras, ni te cerrarÃa las puertas de mi casa sabiendo que quieres entrar para hablar «de muchas cosas, compañera del alma». Tu concepto de la amistad nunca es intermitente. Los que pasan de largo no te han visto siquiera…o te temen.
La amistad, las vivencias con amigos nos enriquecen tanto… Que cuando se van sin hacer ruido, por los senderos que se bifurcan, no puedo sino sentir un hueco que me cuesta llenar de nuevo.
Lo importante casi al final:
Cada momento, cada frase, cada palabra, para mà (aparte de la resolución del enigma) es una historia (hoy he estado con mi padre, entre pintos y valdemoros, me encanta escuchar a los viejos): lo que pudo ser y no fue, lo que tal vez sea y nunca llegue, lo que tal vez llegue y nunca sea… Es como dice Javier MarÃas en su libro “Literatura y Fantasmasâ€. En mi anterior comentario (el único) a tu entrada, dije que…, bueno, no me acuerdo de lo que dije, la verdad es que ni tan siquiera importa, no es lo importante a lo que quiero decir con mis palabras, bruscas de escombreras y picatostes, pero, tu respuesta dentro de lo que a ti en realidad no te pertenece, porque ese lugar es para los mortales bajo tu yugo, no para las musas, que te considero, de palabras tenues e imperecederas, como tú, como otras muchas, tú ya sabes, el caso es que, y no me enrollo, porque soy temible, con mi espada, hasta para mÃ, (¡socorro) y no me recrimines por ser de carne y hueso…, qué más quisiera más de uno… El caso es que: la palabra “placerâ€, en tus labios, digitales (los mÃos ya están borrados), “placerâ€, en tus labios, suena distinto. “placerâ€, en tus labios, en tus poemas. El placer ha sido mÃo. “Un placerâ€. ¡Joder! Entre tus dedos. Ahora los anuncios: saltamos a ese canijo que se retuerce entre rebajas del “yo no soy tontoâ€. ¡Ay! ¡Ay!, cada uno se retuerce a su manera.
Y no te preocupes, por ejemplo, Taravillo, no me publica todo lo que digo
Pablo yo también me enredo entre palabras, propias, ajenas, prestadas, robadas, y al final no sé donde me llevan pero tampoco me importa. Gracias por volver…
Marisa me gusta tu reflexión sobre las relaciones con las personas. Cuando miro las fotografÃas del colegio, siento un vacio en el estómago.
Miro y voy contando, me digo: Habrá tenido suerte, que será de esta, otras se que se fueron para siempre, que caminos habrán seguido.
Algunas ya ni se si me conocerÃan ni yo a ellas, hemos perdido el contacto, cambio de ciudad, de vida.
En aquellos tiempos de colegio parece que nuestra vida giraba a nuestro alrededor, nos necesitábamos, nos sentÃamos bien.
Como tu bien dices, alguien en en cualquier momento se cruzo en el camino, y solo fue un guiño en nuestras vidas.
Es un placer compartir contigo, aunque solo sea un «guiño»
Mi niña pero que GUIÑO…
Espero que tú no te vayas por la puerta de atrás como han hecho otros, y que no te canses, o te sientas abrumada de que siempre pase por tu rincón y te deje unas palabras. Soy muy impulsiva y pasional y los afectos, al igual que las palabras, me alimentan y a lo mejor abuso, pero es un abuso fruto de la alegrÃa de compartir. Gracias por estar también en este otro rincón. Ven siempre que quieras y regálame tus generosas palabras porque con ellas llega una ola de afecto que me cobija. Un abrazo desde mi corazón.
Amigos que parten y amigos nuevos que llegan. ´
Gracias por tus comentarios en mi blog, soy feliz compartiendo contigo unas gotas de belleza.
Un verdadero placer abrir mi puerta para que entres. Tu blog ha sido un bello descubrimiento para mÃ. Gracias por venir
SÃiiii, jajajaja, me tenÃa que reÃr, porque es verdad, las palabras en tus dedos son distintas, adquieren el sentido infinito que sólo tú sabes darles, y brillan con sus matices de profunda sabidurÃa, en frases que saben cuando llegar al punto y aparte.
TE QUIERO AMIGA HERMANA, siento si a veces grito, pero me expandes y ahora mismo tienes que saberlo.
Que todos tenemos nuestro papel en la pelÃcula de los demás…interferencias, conexiones, ráfagas de aire fresco o callejones sin salida…todos somos grandes actores representando el papel que nos toca, en la gran red, malla, suave pañuelo de seda de los que componemos los pensamientos.
Estoy contigo. Beso, achuchón y hablamos.
Gracias querioda amiga. Siempre me reconfortas.
Hola gracias por hacerme recordar lo importante que es decir Ahora cuanto te quiero ,mañana ya se fu’e
Patricia:
Hola gracias por hacerme recordar lo importante que es decir Ahora cuanto te quiero ,mañana ya se fue
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Gracias patricia.He tenido que subir asà el comentario por problemas con el servidor.
La ausencia de seres queridos… afortunadamente en muchos casos se va cubriendo, reemplazando con la aparición de de nuevos afectos, aunque no sean exactamente igual que los perdidos, pero nos ayuda a superar su ausencia.
Un fuerte abrazo, querida amiga.