Mi lugar en el mundo.

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He de reconocer que una de las ventajas de tocar fondo, si es que puede haber alguna, es que acabas por comprender lo que realmente importa y por dilucidar lo que realmente eres.
Definitivamente creo que soy afortunada.Crecí entre personas de una enorme calidad humana, que me legaron un profundo amor por la cultura y una vocación de humanismo y empatía con los más desafortunados, así como un anhelo de justicia, reparación, igualdad y progreso que implica un sincero y constante compromiso más allá de las palabras. Los libros me rodearon desde muy pequeña. Me acunaron con poemas y aprendí a leer muy temprano (tan sólo tenía tres años cuando mi abuela me enseñó a juntar las letras y descubrí la magia de leer). Siempre hubo poesía en mi vida. Nunca pensé que sirviera para otra cosa que no fuera para hacerme feliz, para despertar extrañas y profundas sensaciones, para encender la luz de los rincones oscuros de mi conciencia.
Estudié la carrera que deseaba con el beneplácito y, más aún, con el orgullo,de los míos. Enseñar, transmitir el amor por los libros, por las divinas palabras de nuestra lengua, fue mi vocación desde muy niña, y a ella he tenido la gran suerte de poderme dedicar. Gracias a ello tengo un trabajo que me satisface y que me permite vivir muy dignamente, y que, además, me deja tiempo para entregarme a mi otra gran pasión: escribir. No vivo de mis versos ni de mis prosas, no tengo necesidad de hacerlo. Pero mentiría si no reconociera que «me han tentado las sombras del abismo», que he querido tocar el cielo de la gloria, rozar siquiera un instante el reconocimiento, sentarme a firmar libros, sentir la calidez de los lectores, ver mis textos impresos, palpar las hojas nuevas, impregnarme de ese olor que dejan los libros recién abiertos… Mas sé que la ambición siempre pasa factura.
Después de varios intentos fallidos pensé en callar de nuevo, como ya hice una vez. En dejarme llevar por la dulce tentación de la derrota… Pero escuché su voz, venida de lejos, del lejano vértice de la memoria, la voz de aquella mujer digna y valiente que me enseñó que en la vida no hay vuelta atrás, que no debemos temer a los naufragios, porque en ellos reconoceremos a los verdaderos amigos, que hay que saber vivir en los fracasos y la desesperanza y seguir respirando , aún cuando el aire se haya hecho irrespirable.
Así que aquí sigo, dudando, temblando, pero siempre escribiendo, enredando palabras, conjurando con ellas el miedo y el olvido, la pena y el silencio.No cederé al hastío, y apuraré cada uno de los dulces momentos que la vida me ofrezca, y cuando sean amargos, los beberé también.
Al fin he descubierto mi lugar en el mundo: aquí, junto a los míos; rodeada de palabras, de amigos, de ilusiones que tal vez no se cumplan ; de oscuras cicatrices, que me hacen ser quien soy.

12 opiniones en “Mi lugar en el mundo.”

  1. La calidad de tu texto reivindica su mensaje. No creo que dejes nunca de escribir, por cómo lo haces y sobre todo por cómo lo sientes. Otras cosas son importantes, pero secundarias.

    Un abrazo.

  2. Lo cierto es que después de tocar fondo se puede seguir escarbando, y por desgracia no es una mera broma.
    En todo caso, me parece que lo has expresado de una manera más que rotunda: perfecta. Beber de lo dulce y lo amargo, seguir espigando experiencias, momentos de vida, y plasmar lo que sale del crisol interno en forma de palabras, enredadas o paralelas, siempre en dirección a quienes quieran rodearnos con su atención o su amistad.
    Perfecto, Marisa.
    Un abrazo.

  3. Como escribió el gran Machado:

    «Caminante, son tus huellas
    el camino y nada más;
    Caminante, no hay camino,
    se hace camino al andar.
    Al andar se hace el camino,
    y al volver la vista atrás
    se ve la senda que nunca
    se ha de volver a pisar.
    Caminante no hay camino
    sino estelas en la mar.»

    Déjanos pisar tus huellas
    para aprender a caminar.

    Un fuerte abrazo

  4. Queridos míos: ante todo gracias…es difícil plasmar las derrotas, más que los buenos momentos. Reconocer nuestros fallos, nuestras limitaciones, nuestros miedos, nuestras dudas, darles forma en palabras y luego lanzarlos al mundo.¡qué osadía!¿verdad? Tienes razón querido Ridao, nunca lo dejaré `pero a veces… Aquí seguiré, siempre que pueda.Un abrazo enorme Marijose, guapa, Bel, Jose Miguel, Fernando y Noray. Atesoro vuestras palabras y tomo de ellas el oxígeno para seguir.
    Besos

  5. Sabias palabras amiga. Te aplaudo y,aunque pueda perecer un lugar común, te recuerdo que la felicidad está dentro de nosotros. Nada de fuera puede hacernos mejor de lo que somos.
    Y disfrutar de las cosas pequeñas con las que nos regala la vida, un paseo por el parque, la lectura sosegada de un buen libro, el abrazo de los nuestros……. es nuestra mayor riqueza, lo demás es vanidad y cazar viento.

    Un beso muy fuerte

    Jesús

  6. Bueno, gracias a ti. No sólo por lo bien escrito que está el texto, sino además por esa actitud que lo impregna. La verdad, me has dejado el cuerpo como cuando mi madre me daba de pequeño un vasito de quina Santa Catalina.

    Sí amiga, seguiremos escribiendo; porque interpretar (sentir) el mundo y la vida es algo que sólo puede hacer cada uno de nosotros de manera única.

    Y es tan bonito.
    Un beso, compañera.

  7. Hasta el triunfo absoluto siempre. Lo consigamos o no.

    Recuerda siempre, que el verdadero triunfo, no esta en ganar siempre, sino en nunca desanimarse 😉

    PD: sería un placer que participaras en mi concurso. Leete las bases 😉

    PD-2: Yo espero que algun dia, nos conozcamos o no en persona, me dejes un poquito de tu sangre en el ejemplar del libro que tengo tuyo.

    Un bezizz

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