El fascismo no es libertad


La llegada del nuevo fascismo,anunciada a bombo y platillo en los medios, no es ninguna broma. Y no conviene banalizar el mal cuando está en expansión, sino señalarlo y denunciarlo como si no hubiera un mañana porque ,si miramos para otro lado, no lo habrá.
Han decidido desmilitarizarse y abandonar el «look»marcial del siglo pasado para adoptar otro más glamuroso propio de la jet set. Gesticulan y vociferan histriónicos ante un público dispuesto a odiar y entrar en el aquelarre » antimarxista». Los seducen con falsedades, y pervierten y manipulan el significado de la palabra más hermosa de cualquier idioma: LIBERTAD. En la tríada de la revolución francesa la libertad iba de la mano de otras dos palabras que matizaban su significado: IGUALDAD y FRATERNIDAD. Sólo seremos libres si somos iguales y nos ayudamos unos a otros desde la empatía y la solidaridad. Todos juntos, todos iguales, todos libres. Pero han robado la palabra- pájaro para transformarla en pabra – buitre y la graznan desde sus atalayas de neofascistas los que ahora se hacen llamar libertarios. Libertad para oprimir, libertad para mentir desde sus periódicos, libertad para dejar morir a los vulnerables, para privatizar el aire, el sol y el agua. Libertad de comprar seres humanos que se venden a sí mismos enteros o por partes, arrastrados por la miseria y la desesperación.Acabar con el estado para que sólo sobrevivan los elegidos para la gloria, no para acabar con los opresores sino para que estos puedan hacer lo que les venga en gana sin reglas y sin pudor. Si permitimos que lleguen a más gobiernos la distopía está servida: ni servicios públicos, ni salarios dignos, ni derechos laborales, ni becas, ni permisos. Una élite disfrutará de todos sus privilegios y libertades y una masa manipulada , que ha tenido a bien votarlos o pensar que da igual quién llegue a los gobiernos porque todos son iguales ( 🤦‍♂️🤦‍♂️), intentará sobrevivir en la miseria y desarrollará el más ruin de los sentimientos y de los lemas neoliberales: sálvese quien pueda ( y quien no pueda, que se pague su entierro y no moleste más).
© Marisa Peña

Diario de una convaleciente:La respiración.

Aprender a valorar el hecho aparentemente insignificante de respirar es un absoluto descubrimiento inesperado. Espirar, inspirar… y ser plenamente consciente de ello.Hacer de una insignificante cotidianidad que nos pasa desapercibida un rito y un lujo.Sentir el sol sobre tu rostro y el acompasado ritmo de tu respiración. Disfrutar del milagro de oxigenar tu propio cuerpo con tan sólo una ligera fatiga residual es ,sin duda, un regalo. Lentitud, esa es la palabra clave. Y dar gracias a la vida por dejarme respirar.

Un año para no olvidar

Ya se acaba el año que nos enfrentó a la verdad y nos recordó el valor de la resistencia y la solidaridad. El año en que los infames fueron más infames y los generosos más generosos.  El año en que mi hija salió al campo de batalla y los restos de su adolescencia se hicieron añicos contando pacientes muertos. El año en que no pudimos velar a nuestros muertos. El año en que comprendí a mi abuela y a su generaciòn de resistentes improvisados.Un año para no olvidar. Yo al menos no podré hacerlo.

Mi angel blanco en su centro de Salud con sus compañeras. Abril de 2020.

Deseos para un nuevo tiempo.

«(…)Acepto mi contrato con la vida,

los términos son siempre irrevocables:

yo respiro, habito entre mis límites,

me resguardo, si puedo, en las tormentas,

doy amor, lo recibo, me equivoco,

pido perdón, perdono,

y contemplo ,cuando se van las nieves,

los cerezos en flor…»

Marisa Peña

En estos últimos días de este  año nefasto no paro de pensar en los puentes rotos y en los silencios insalvables; en las largas listas de agravios que no sirven para hacernos mejores pero nos envuelven como una telaraña; en el orgullo que es como el viento del norte, frío e implacable,y nos aleja de los que un día amamos; en la de veces que dejamos que todo pase para no seguir sufriendo; en la estrategia del avestruz,que es fácil de seguir pero no soluciona los problemas.Así que, para este nuevo año, para este nuevo tiempo que nos toca vivir, pido sólo la fortaleza y el valor para reconocer mis errores y aceptar los errores ajenos. Y reivindico el derecho de todos  a ser amables, aún a riesgo de ser pesados… A reír, a llorar, a hacer incluso el ridículo. A equivocarnos, a pedir perdón, a ser perdonados, y a perdonar, si hace falta. Porque ninguna afrenta es en el fondo tan importante, sólo la muerte no tiene solución y, cuando venga, “tendrá tus ojos”y ya será demasiado tarde.