«(…) venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!»
León Felipe, de su poema «Qué lástima…»
Definitivamente creo que soy una persona poco importante, pero eso no importa demasiado…Lo que importa es saber a quién le importamos realmente y quiénes nos importan de verdad…
Lo demás, como ya he dicho, carece de importancia.
Poco importa lo poco que haya dicho o escrito, mis palabras pequeñas, mi pequeña huella, casi imperceptible, en un mundo que avanza inexorable. Poco importa si estoy o si no estoy, si voy o si he venido, si gané o si perdí. Lo que importa es que amé, y he sido amada, que alguien lloró por mí, sonrió por mí, se levantó por mí y se alegró por mí; y que, igualmente, yo he llorado, he sonreído, me he levantado y me he alegrado por todas y cada una de las personas que forman y han formado parte de mi vida.
Porque ahora sé que el vano afán de ser, de perdurar por siempre en la memoria, lo consigue el amor, esa magia de estar, eternamente, en el recuerdo cálido y seguro de los que nos amaron.
Hablando de los que nos amaron, no pienso dilapidar mi herencia: mi madre fue una luchadora, y mi padre (que aún vive, por fortuna), lo mismo.
Asà es que, adelante: ¡VIVA EL 15-M!
(Ya no hay quién pare esto)
Un beso, amiga.
Asà lo haremos, por ellos, por su legado.un beso enorme
Marisa, como siempre, es un deleite poder leerte, solo en una cosa no coincido, en eso de que eres una persona poco importante (no se si fue solo una forma de expresión literaria), pero a mi, y yo se que a muchas gentes, nos vas dejando (y hablo en presente), cotidianamente la siembra de ideas, de tus sentimientos, de los recuerdos familiares, de tu ser. Transmitir eso no es poca cosa y, por mi parte me enorgullezco de tenerte a mano, de decir, mi amiga y poder leerte cuando quiera. Gracias.