A veces la vida se empeña en abrir y cerrar puertas con esa extraña suerte de arbitrariedad que gusta mostrar a veces, y nos hace sentir que, incuso en pleno invierno, a uno le puede sonreír la primavera. Hoy quiero dar las gracias al profesor Argentino Alejandro Lunadei, por reconocer mi labor y mi empeño en recuperar la memoria. En mi nombre y en el de los míos, y en el de todos los que fueron obligados a callar o a marchar lejos, le doy las gracias por mencionarnos, por recordarnos, y por enredar su memoria y la mía con el firme hilo de los afectos.
Quiero también agradecer la mención que me hacen en sus blogs Marta Navarro (Entrenómadas) y Luis Spencer. A todos ellos gracias por recoger mi voz y tejer conmigo ese hilo de la memoria del que, queramos o no, todos formamos parte.
Buscando un refugio y libertad me he escondido tras un blog. Busco naufragos para habitar mi isla y al azar me encontré en tu blog en el que también como yo hablas de puertas abiertas o cerradas. Quizá quieras compartir mis soledades.
http://paranaufragios.blogspot.com/
Bienvenido. Pasaré por tu blog. Quien más o quien menos ha sobrevivido a algún que otro naufragio.
Gracias a ti, Marisa,
tú eres quien nos enreda con las palabras, las mejores palabras.
Un beso,
Marta
He tenido la enorme suerte de encontraros en el camino. Gracias de nuevo Marta, de todo corazón. Un beso.
Marisa, date una vuelta por aqui…Besicos maños.
http://juangavasa.blogia.com/2008/120501-memoria.php
…y pincha en google mercedes yusta….
Más besicos maños…
Me ha gustado mucho el artÃculo…gracias por llevarme.
¡ Mercedes Yusta!, madre mÃa…No voy a dar abasto a leerme tantos libros sobre la mujeres antifranquistas. Mis abuelos formaron parte de la resistencia clandestina en Madrid. ImagÃnate cuando he visto todos esos libros. Tienes que ponerme en contacto con ella, será todo un lujo leer su trabajo. Un abrazo y mil gracias querido amigo. Tú eres otro de mis regalos de este año. Un abrazo
Querida Marisa, ante todo te agradezco por el gran honor que me haces. El reconocimiento a tu labor es lo menos que puedo hacer, ya que es casi una obligación ineludible. En mi Argentina, donde miles fueron «desaparecidos» (un vil y miserable eufemismo para encubrir el asesinato planificado y la tortura, el secuestro y el robo de niños con la consecuente suplantación de identidad, entre otros crÃmenes contra la humanidad), hay gente que minimiza lo ocurrido y propugna el olvido bajo el lema de que «no hay que abrir viejas heridas». Y hay quienes van aún más lejos, y niegan todo lo ocurrido. Otro tanto ocurre en otros paÃses de nuestra América Latina, y hasta inclusive la estrategia del olvido y la negación es practicada por «historiadores» alemanes y austrÃacos que intentan negar el genocidio nazi como «mentira histórica». El testimonio de los sobrevivientes o la memoria de los familiares que hoy pueden atestiguar el horror es la herramienta más contundente contra todo intento de borrar la memoria que conduce a la verdad. Por lo tanto, la memoria es por un lado, la garantÃa y el compromiso con la vieja y valiente lucha que, en el caso de España, mantuvieron aquellos que no se rindieron ante el atropello de los atroces años del franquismo, mientras que por otro lado, señala el único camino posible para que estos horrores no se repitan nunca más, si es que la humanidad quiere darle un sentido a la palabra «civilización». Ese hilo de los afectos que tú tan bien mencionas, nos une en un mismo sentimiento, el de la memoria, el de la verdad histórica, el de una lucha que nos toca continuar. Ese hilo nos une más allá de las fronteras, de las banderas o del tiempo en un sentimiento que es único y común: el de la justicia y la libertad.
Por todo eso, agradezco tus palabras con un gran abrazo que nos hermana.
Gracias de nuevo Alejandro, por todo. Y sobre todo por el hilo de los afectos que hemos tejido y seguiremos tejiendo. Un abrazo
Me sumo a tu agradecimiento y te sumo a ti. Cada número cuenta. Cuenta una historia y una esperanza.
Un beso.
Gracias queridÃsima Carmen, tu voz amiga forma parte de ese hilo de afectos, y tú bien lo sabes…
Un abrazo
MerecidÃsimo 🙂
Gracias. Es un lujo contar con gente como vosotros que me anima a seguir y no tirar la toalla…Un abrazo
En tu otro blog, el de poesÃa, te decÃa cuán agradecida estaba a Alejandro que nos hubiera ayudado a encontrarnos. Ahora, visto ya todo lo que estás haciendo, te doy las gracias por esa labor de poner trincheras al silencio. Admirable tu paciencia y generosidad. Otros habrÃamos tirado la toalla. Gracias de nuevo.
Un abrazo.
Bel, qué alegrÃa verte por aquÃ. Con todo lo que tenemos que hablar tú y yo… Tú has sido otro de mis regalos, otra de esas puertas abiertas para poder respirar y dejar que entre la primavera. Hay muchas, muchas veces que me canso ( «no puedo más y aquà me quedo»…) pero aunque algunos gasten palabras intentando ridiculizarme o herirme, otros vienen aquà y leen y escuchan y comprenden y comparten. Por uno solo de ellos merece la pena, y por ellos Bel, que ya no están pero viven en cada palabra libre que soltamos al viento, sin miedo.
Un abrazo muy fuerte para ti.
Gracias a ti, Marisa, por tu buen hacer y por tu generosidad.
Gracias a ti Luis, por todo. Tu espacio es un maravilloso rincón para los que amamos la buena literatura y debatir sobre ella . Un abrazo