El 8 de agosto de 1936, con el sol despuntando y un olor a pólvora y muerte inundándolo todo, Manuel de la Peña Maestre, sanitario militar retirado, era fusilado en Larache por negarse a secundar el alzamiento. Su hijo, mi abuelo Manuel, lo vio todo desde su celda de la prisión militar, mientras su condena a muerte era permutada por reclusión indefinida hasta nueva orden. «Con un Peña por hoy es suficiente», habían dicho. Un mechón blanco acompañó desde ese día la fisonomía de aquel joven muchacho, enjuto, alegre y nervioso, que se había dado de bruces con la muerte, y ésta decidió pasar de largo…
De aquella terrible experiencia de ver morir a un padre fusilado, nació este poema, esta elegía, que ha formado y forma parte de mi patrimonio sentimental y de mi legado familiar:
Era un hombre de barbas patriarcales
y entereza de apóstol en el alma,
que llevaba al dolor de los humildes,
la caricia, hecha luz, de su mirada.
Y murió en hombre digno.
Sin lamentos, ni lágrimas.
Una mañana de leños infinitos,
en una tierra inhóspita y árida,
cayó su cuerpo acribillado
por el fuego cruel de la metralla.
» -Dile a madre que muero como un hombre.»
Y como un hombre murió, sin una lágrima.
Manuel de la Peña, Poemario a dos voces, ed. La Factoría de ediciones.
Muchos años después, mientras preparaba la edición de sus textos fui yo quien le dedique a él esta Elegía de invierno.
Hace unos días Miguel Ángel Yusta, admirado poeta y entrañable amigo, quiso dedicar a la memoria de mi abuelo este poema que él había escrito a su padre tras la emotiva vivencia de su pérdida.
Han pasado los días
y aquella primavera no regresa.
Tú contemplas ya el mundo desde el fondo
de tus muros abiertos hacia el cielo.
Han pasado los días
y se sosiega la desesperanza.
La luz proporcionada del ocaso
se prende de alfileres en las ruinas
de una ciudad sin límites.
Apenas ya resuenan tus pisadas
grises de niebla y de silencios largos.
Has dicho adiós y basta.
Y sin querer marcharte me posees
en una claridad de tu morada
que comparto cogido de tu mano
senil y encallecida.
Ahora camino solo
portador de los grises pensamientos
donde cuelgan las huellas de tu paso
silencioso y pesado.
Ya no escucho siquiera tus ausencias,
tampoco el martilleo denso y duro
de un corazón dormido eternamente
que latió por mis luces y mis sombras.
M. Ángel Yusta
Los versos van al viento sin esperar laureles. Son libres y fecundos, germinan en la tierra de quien quiera recogerlos y acogerlos. Poesía para todos, libre, deshabitada. Poesía del amor, y de la muerte…Poesía que ilumina las sombras de los muertos, los oscuros recodos, conjurando el dolor y la desmemoria, conjurando el olvido y el silencio.
Es tan hermosa toda la entrada, Marisa, que casi me he quedado sin palabras. Gracias por traernos las tuyas, tan hermosas, las de tu abuelo, bellÃsimas y emotivas, y las de tu amigo el poeta M.A. Yusta. De nuevo el dolor por la suerte de estos hombres dignos, por lo que hubiera podido ser y no fue, un lugar digno como ellos y luminoso, donde vivir, crecer y aprender.
Un beso enorme.
P.S. Olvidaba decirlo, también me gusta mucho tu imagen, esa sensación que transmite de ceguera y dureza.
Precioso de verdad, Marisa. Tu poesÃa ha germinado en nuestra casa. Y qué decir de la elegÃa: «…en un Madrid tendido hacia el futuro, se abandonó a la muerte… Cansado de esperar la primavera». Es un canto a la vida que no llegó a florecer. Un abrazo.
Si la muerte tiene algo de honor, tu bisiabuelo murio con la dignidad en el corazon, tanto que el hecho al leerlo me hecho sentirme dignificado como ser humano, por las accion de el. Que su nombre no se borre de la Historia y el de quien le asesino tampoco.
Un Abrazo Marisa.
Bel me ha costado subirla, porque hay tanto de mÃ, tanto respeto por los que ya no están, tanto amor… Para mà no son cifras ni nombres: son mi sangre, mis ascendientes, mi historia, mi memoria familiar. Sabes cuánto me gusta tenerte aquà entre mis palabras….Un beso muy grande preciosa.
Jose Miguel me ha emocionado muchÃsimo tu comentario… Ese poema está escrito desde el amor y la ausencia y saber que otros lo reciben y lo sienten es un orgullo enorme. Muchas gracias de verdad. Besos
Edu tú sabes bien que la muerte de un hombre inocente siempre tiene más de horror que de honor, pero es verdad que aquella generación afrontaba la muerte de otra forma, y creÃa que nunca se debÃa actuar en contra de la propia conciencia. Mi familia, como tantas, se mantuvo firme en sus valores y no tuvo en cuenta las consecuencias. Te mando un fraternal abrazo que nos une en la memoria.
Hola Marisa, la muerte no es honrosa es el ser humano quien la dignifica y aquella generacion lo hizo, es para mi un orgullo leer estos parrafos que has escrito.
Un Abrazo Marisa
Muy emotiva tu entrada de hoy, como siempre que nos traes a la memoria estas historias. Un abrazo emocionado, amiga.
Lo creo, creo que te haya costado. Yo no podrÃa, ya te lo dije una vez. Por eso, doblemente agradecidos, por obligarnos a mirar lo que a veces querrÃamos olvidar, no sólo los nietos de los verdugos, también los de las vÃctimas.
Emocionado abrazo.
PoesÃa para mÃ, que tanto la necesito.
Varias veces he escrito un texto en esta entrada y luego lo he borrado. Y es que no sé qué decir después de leerte. Una tiene esa sensación de rabia y de dolor, también de esperanza, claro está.
Supongo que la memoria es imprescindible. La memoria serena, lucida y clara. Y eso es algo de lo que tú te encargas y que yo te agradezco. No sólo yo, a juzgar por los comentarios tod@s los que por aquà estamos.
Un beso,
Marta
No tengo palabras Marisa. Desde el principio hasta el final ese aroma de aprecio y de dignÃsimo recuerdo. Esto sà es memoria histórica. Yo también creo que los versos no se escriben, los versos se lanzan, lástima de quienes no saben apreciarlos. Lástima de todos aquellos que, aun teniendo abuelos, no supieron escucharlos.
Un abrazo, Marisa.
Las palabras no se las lleva el viento, vuelan en él y con él y permanecen, aunque sea en forma de recuerdos. Y si un dÃa adoptan la forma de versos tan bellos, creo que lo mejor que podemos hacer es escucharlas, hacerles un hueco y guardarlas.
Un abrazo.
Gracias Edu, para mà también lo es tenerte aquÃ. besos
Bel es difÃcil mostrar algo que llevaba tanto tiempo enterrado, oculto en la memoria familiar. pero luego pienso que lo que se hace desde el amor, el respeto y la memoria merece la pena. Otro emocionado abrazo para ti.
Mertxe, la poesÃa siempre es un buen motivo y un excelente lugar de encuentro. Un abrazo.
Octavio, no puedo evitar que la emoción lo tiña todo, porque para mà no son sólo anécdotas, son historias humanas de aquellos que me precedieron y que me enseñaron a ser quien soy. Un abrazo agradecido de tenerte por aquÃ.
Marta, a veces he dudado a la hora de publicar estos fragmentos de memoria, pero luego pienso que los que lo hago con corazón y con rigor, y que procuro no faltar el respeto ni utilizar un tono despectivo o panfletario. Sólo cuento la historia de los mÃos como me fue trasmitida, con amor y sentimiento, y sobre todo con el firme deseo de que nunca más pase algo asÃ.
Un beso enorme, Marta preciosa.
Ãlvaro desde que llegaste aquà por primera vez me has dado mil muestras de afecto y un montón de razones para la alegrÃa. Es un placer leeros y saber que compartimos ese amor por la palabra. Un abrazo amigo mÃo.
Wara, gracias por tu visita. Tu blog es precioso. espero seguir en contacto. Un abrazo
Impresionante. Qué ejemplos. Qué vidas. Qué hombres.
Cuánta dignidad.
Un beso, amiga.
CodornÃu
marisa, he leÃdo y he sentido… nada más digo, mas siento en mi alma lo que callo.
¡Por la memoria de su dignidad y la de todos los que cayeron y sufrieron por mantenerla!
Emocionados abrazos.
Tan emotivo…tan hermoso…Gracias, Marisa. Un beso
Pepe, cuántos recuerdos en este dÃa de aniversario. Todo pà só, menos los recuerdos y la sensación de ser olvidados y ninguneados por la historia. Por eso yo intento resarcirles. La memoria es una suerte de vida etena, la que consiste en perdurar en el recuerdo de los que nos aman. No lo hago por obsesión malsana ni por politiqueo barato ni por revancha…Sólo por amor.
Querido amigo…Yo también me emociono Impersonem. Y pienso en cuántas veces escuché esta historia de boca de mi padre, muy bajito porque duele contarla, y muy firme, porque no nos avergonzamos de ella. Hay quien cree que tenemos aviesas intenciones pero nada más lejos. Sólo quiero rendir homenaje desde mi bitácora a los mÃos, y a todos los que se quedaron sin voz. No hay pretensiones, sólo emociones. Besos
Gracias a ti por darme la idea, por dejarme tus versos, por compartir, por entender…Un emocionado abrazo
Terrible y lamentable historia la que cuentas, Marisa. Pensaba, por el tÃtulo, que la entrada iba dedicada a Miguel Hernandez, que en un 28 de marzo (fecha cercana a la de la publicación de la entrada) encontró una muerte igualmente horrible. Pero es verdaderamente doloroso que esa muerte recordada sea la de un abuelo y esa experiencia angustiosa la de un padre. Los poemas dejan sin palabras. Un abrazo.
Querida Marisa: ¡Cómo he podido tardar tanto! Tu legado es un tesoro. Y desde aquà un fuerte abrazo para Miguel Ãngel y mi reconocimiento y agradecimiento por compartir sus versos, por iluminar la sombra de los muertos, conjurar el dolor y desmemoria, el olvido y el silencio.
Un abrazo a los dos.
Gracias marian por quedarte a leer…- La historia es triste pero es una más entre tantas historias anónimas. Creo que la poesÃa dignifica y es el mejor legado y el mejor homenaje:la palabra. Un beso enorme.
Mi Carmen…Tú siempre eres recibida como mereces. Sabes que me emociona saber que vienes a compartir conmigo estos retazos de memoria, estos pequeños aguafuertes de lo que nunca debió ocurrir. Mil besos
marisa
con respecto a lo que me dices de cafrune y larralde
cuando yo aún era muy jovencito, y desde la clandestinidad ya metido en polÃtica, me compraba los discos de larralde y cafrune, y tengo una anécdota que me has hecho recordar ahora, creo que fue en el año 1973, la última o penúltima vez que vino a madrid cafrune antes de que le asesinaran, en el teatro de la comedia asistà a un recital suyo, vivÃa Franco, y te puedes imaginar lo que supuso para nosotros oir recitar en público esta poesÃa, con los aires que corrÃan, que nunca olvidaré:
Ordena el cerdo granjero
fusilen a todos los pájaros
y suelta por los trigales
a su policÃa de gatos
Al poco rato le traen
un pajarillo asustado
que aún lleva dentro del pico
un grano que no ha tragado
¡VAS A MORIR POR RATERO!
-Si soy un pájaro honrado
de profesión carpintero
y aún me debe muchos granos,
y lo mismo está debiendo
a mi compadre el hornero,
al minero escarabajo,
a las abejas obreras
y a todos los que ha estafado,
¡Usted hizo su riqueza, robando
a los proletarios!
-¡QUÉ PELIGRO, UN SOCIALISTA!
¡ FUSILARLE EN EL ACTO!
¡PREPAREN, APUNTEN, FUEGO!
DEMONIOS, SI EN AMÉRICA LATINA
HASTA LOS GORRIONCILLOS SE HACEN
REVOLUCIONARIOS
.
un beso
fernando
Fernando verte por este blog es una gran alegrÃa…Cuántos recuerdos me ha traÃdo hoy tu entrada, y cuántos me trae ahora lo que cuentas… En mi casa paterna siempre hubo discos de Cafrune, Larralde, Atahualpa, Calchaquis, Victor jara, … Mi padre también fue a ese concierto. Yo era pequeña pero recuerdo con qué dolor se vivió en casa su asesinato. Cuántas cosas han pasado, y algunos qué capacidad para olvidarlas, madre mÃa. En fin que es un placer tenerte aquÃ, y a Cafrune también. Un beso
Admiro esa capacidad que tienes de convertir en poesÃa y belleza el dolor, la muerte, la humillación, la indignidad de toda aquella guerra. En mi familia (como en tantas) hubo también mucho dolor, sin embargo todo eso se cubrió con un manto silencioso que, efectivamente, ha borrado la amargura, pero también se ha llevado lo demás.
Besos