Recuerdo muy gratamente mi primera lectura de Juan de Mairena. Aquel COU del 85 Machado dejó de ser mi poeta para ser una referencia ideológica y filosófica, un maestro de honestidad, humildad, generosidad y bonhomía.
Mi abuela lo había leído en Hora de España en los lejanos años de la guerra civil, y poder leerlo ahora en un libro que su nieta llevaba , subrayaba y comentaba le producía una enorme y nada secreta satisfacción. Aquel librepensador, enemigo del snobismo, profundamente indulgente con las debilidades humanas y no exento de humor, conquistó totalmente mi juvenil espíritu con frases como » la poesía es el diálogo del hombre, de un hombre, con su tiempo»o «por mucho que valga un hombre nunca tendrá el valor más alto que el de ser hombre».
Me parecía estar escuchándole en el íntimo acto de la lectura. Lo veía allí, en los balcones donde celebró el advenimiento de la República, y en sus clases de instituto, y en las tertulias, y en las tristes caravanas de tristeza de las que formó parte camino del exilio y de la muerte ( «Murió el poeta lejos del hogar/ le cubré el polvo de un país vecino…»).
Machado amó profundamente a su patria, pero no con un patrioterismo burdo y barato de gritos adocenados y golpes de pecho, ni con los ojos cerrados a sus grandes miserias, ni con la pistola preparada para disparar a cualquiera que no la vitoreara.
Machado, como otros muchos, soñó para el futuro una España más justa, más culta, más abierta, más crítica, preparada para afrontar los retos del siglo XX.
«Los que os hablan de España como de una razón social que es preciso a toda costa acreditar y defender en el mercado mundial, esos para quienes el reclamo, el jaleo y la ocultación de vicios son deberes patrióticos, podrán merecer, yo lo concedo, el título de buenos patriotas; de ningún modo el de buenos españoles.»
» Cuando penséis en España, no olvidéis ni su historia ni su tradición; pero no creáis que la esencia española os la puede revelar el pasado. Esto es lo que suelen ignorar los historiadores.
Un pueblo es siempre una empresa futura, un arco tendido hasta el mañana.»
» La patria -decía Juan de Mairena- es, en España, un sentimiento sencillamente popular, del cual suelen jactarse los señoritos. En los trances más duros, los señoritos la invocan y la
venden; el pueblo la compra con su sangre y no la mienta siquiera.»
Lo leo ahora y me parece detener el tiempo, porque sigo asistiendo a su grandeza con la misma emoción y devoción que entonces. Es el viejo maestro el que me habla de nuevo, desde la eternidad que le hemos concedido los que le reelemos una y mil veces, y la que le conceden los que por vez primera se acercan a sus versos y sus prosas ,y la que le concederán, en un futuro, todos los que vendrán a las suaves orillas de sus libros.
Genial don Antonio Machado, enorme poeta y pensador. Juan de Mairena es una lectura imprescindible, de esas que no se agotan nunca y te descubren verdades y te iluminan cada vez que vuelves a leerla.
Yo lo enseño cada año con la misma emoción,esperando ver la cara de mis alumnos después de leer eso de «Señor ya te llevaste/ lo que yo más querÃa,/ oye otra vez, Dios mÃo/ mi corazón clamar,/ tu voluntad se hizo Señor,/ contra la mÃa…/Señor ya estamos solos/ mi corazón y el mar»
Tienes razón en eso de que nos ilumina cada vez que lo leemos.
¿Cómo olvidar aquel curso del 94, cuando una profesora sustituta llenó de luz la clase explicando a Machado, con sus hermosos ojos y su dulce sonrisa y su simpatÃa y esa maravillosa forma de transmitir su amor por la literatura? Han pasado los años y muchos seguimos esa senda que tú nos descubriste y leÃmos, leÃmos y te idolatramos, y te escribimos poemas (malos algunos) y tú los recibÃas con las manos abiertas y tu gran corazón. Recuerdo tu voz inundando la clase y cómo todos querÃamos ser Machado para gustarte tanto como él te gustaba.
¡Cuántas envidias despertabas! Nunca te agradeceremos lo suficiente lo que nos enseñaste a amar la literatura, y la lectura
y como dices aquà la «buenahombrÃa». Me consta que aún lo haces y que por donde vas Machado tiene un hueco preferente, como lo tienes tú en los corazones de tus alumnos.
Como agua de mayo viene ahora hasta mà tu comentario. Sé que no todos vemos igual a las personas. Siempre intento dar lo mejor de mà en todo lo que hago y sé que a muchos no les gusta mi forma de ser y estar en el mundo. Pero yo soy asà y asà me afirmo, aunque debo moderarme, lo sé ( llevo toda una vida intentando ser comedida, contenida y prudente y aún no lo he conseguido) Guardo muy buenos recuerdos de mis primeros años ( y muy buenos amigos).