Felipe Fernández de Irazu es, además de mi tío y un rostro irreemplazable de mi infancia, un excelente ilustrador. Ahora anda metido en un proyecto que aúna dibujos y recuerdos, y ha plasmado en diferentes ilustraciones el espíritu de su infancia perdida,dejándonos un retrato increíble de aquella triste España que le tocó vivir: la España de posguerra vista con los ojos de un niño. Porque los niños, por muy duros que sean los tiempos, por muy adversas que sean las condiciones, sólo quieren ser niños y jugar, e inventar un mundo en el que merezca la pena ser un pirata, o un soldado, o un caballero… Todos los juegos populares, que aquellos niños flacos que poblaban el Madrid de los años 40 inventaron para poder vivir su infancia, están concienzudamente recogidos en sus magníficos dibujos, y acompaña cada uno con una anécdota personal que nos hace reír, o asombrarnos, o emocionarnos hasta la médula.
La infancia de mi tío, como la de mi padre, como la de tantos niños, fue una infancia en blanco y negro donde las penurias aguzaban el ingenio y la falta de lo más básico se suplía con alegría y mucha imaginación. Pasearse por Monta y cabe es darse una vuelta por lugares que ya no existen, por juegos que ya no juegan nuestros hijos, por costumbres que han desaparecido, y por calles que han cambiado tanto que ahora nos resultan irreconocibles.
La niñez es siempre un rincón al que merece la pena volver, por muy oscuros que fueran aquellos años marcados por el hambre y la represión. Ellos no eligieron su entorno, nacieron allí, en medio del horror y la miseria, pero no por ello renunciaron a vivir haciendo lo único que sabían hacer: jugar y ser niños.¡Ojala aquella pesadilla de miedo, silencio, y criaturas escuálidas no hubiera sido más que un «juego de niños»!¡ Ójala…!
Preciosas ilustraciones.
Saludos.
Un placer tenerte por aquÃ. ¡Si pudiera haber puesto
todas las ilustaciones…!
Ojalá el trabajo de mi tÃo vea la luz algún dÃa… Un abrazo
Me ha traÃdo muchos recuerdos de mis juegos infantiles. Aunque en mis juegos no aparecen tantos coches, ni tantos niños. Nacà en un pueblecito de Toledo, en los 50, y allà la pobreza era mucho más palpable, aunque como tú dices, Marisa, sólo nos preocupabamos de jugar, ajenos a lo que pasaba en el mundo de los mayores.
Ojalá le publiquen a tu tio muy pronto este estupendo trabajo.
Un abrazo.
Se ve que en tu familia teneis el arte en la sangre, tu escribes poesÃas, tu abuelo también escribia poesÃa, tu prima es ilustradora, y ahora me entero que tu tio también pinta… ¿alguien más?, madre mia que familia jajaja. Ahora ya se porque sabes tanto sobre el tema de la ilustraccion y todas esas cosas.
Me he pasado por el blog de tu tio y me han gustado sus ilustraciones, ¡Ojala algún dÃa yo pinte asà de bien!
Besossss!!!!
Tienes razón Eusebio, en los pueblos la miseria se aunaba con un mayor hermetismo social, con lo cual la pobreza parecÃa todavÃa mayor. Mi tÃo cuenta anécdotas que te hacen reir y llorar, como cuando llevaban al único niño que podÃa comer bocadillos de chorizo al Anatómico forense para que , llevado por el asco, soltara el bocadillo y asà repartÃrselo los que más hambre pasaban…¡Qué España! Pero eran niños y tenÃan derecho a jugar.
Claro que sÅ Tienes que pintar y prepararte mucho y todo llegará. Un abrazo.
También este blog es magnÃfico, Marisa. Lo enlazo al mÃo para no oplvidarme de visitarlo. Un saludo afectuoso.
Yo también enlazo los tuyos. Nos ha encantado el trabajo que realizáis con las lecturas y desde aquà te transmito mi admiración y la de mis muchachos. Un abrazo.
Bueno, bueno, qué fabuloso, Marisa. Ahora tengo que hacer un trabajo para mi curso, pero me voy a dar una vuelta por el sitio de tu tÃo antes de poner a la tarea ¿Publicará esto? Un besazo
Quiere hacerlo, pero no hay editorial que asuma ese tipo de proyecto. Anda buscando editor…¿Cómo todos! Un besazo