«A todos los que, con sus risas y sus palabras, me han anclado al presente y a la certeza»
Llevaba mucho tiempo llamando a aquella puerta que nadie abría. Tanto, que ni siquiera se había percatado de que dentro no había luz, ni atisbo alguno de vida. Las ventanas permanecían cerradas y el polvo del olvido lo cubría todo. Se sentía huérfana, abandonada, perdida. Acurrucada en aquella puerta , empeñada en aferrarse a las ruinas de un pasado irrecuperable, se dejó envolver por la ceguera y , durante un tiempo, no fue capaz de ver que, frente a ella, una casa nueva, invadida por la luz, las risas y la vida, abría las ventanas para que ella mirase.
Por fin un día abrió los ojos. En medio de la espesa niebla que la envolvía, pudo vislumbrar una luz que se abría paso a duras penas para llegar a ella y acariciar su piel dormida. Consiguió acostumbrar sus ojos ciegos a aquella luz, y, poco a poco, fue dibujando los contornos de una puerta entreabierta por la que se colaba un resplandor dorado.
Se acercó lentamente y, a medida que se adentraba en el umbral, pudo sentir todo aquello a lo que, sin saberlo, había renunciado por su obcecación: la cálida presencia de las cosas presentes; el aliento tenue de la vida que late; el acogedor abrazo de la certeza.
«Gracias a la vida, que me ha dado tanto(…)»
Gracias a ti por las maravillosas cosas que cuelgas y tus preciosas palabras. Muchos besos y que pases un feliz fin de semana.
Gracias a ti, que siempre llevas la luz en tus ojos y en tu sonrisa.
«Perdóname por ir asà buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosÃsimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrÃas, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo tu cuerpo, ya ascendiendo
de ti misma a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.»
Pedro Salinas
Precioso texto. A menudo no nos damos cuenta, ni valoramos como debiéramos, lo que tenemos a nuestro alrededor. «Carpe diem», como ya se dijo. Un abrazo.
Asà es…Nos perdemos en los laberintos persiguiendo el hilo de Ariadna y nos empeñamos en complicarlo todo cuando en realidad ¡la formula es tan sencilla! Pronto haré algo sobre Leopoldo de Luis. Me has despertado las ganas de contribuir a su justo reconocimiento entre los nuevos estudiantes ( y algunos no tan nuevos). Ya te contaré. Un abrazo.
¡La cálida presencia de las cosas presentes!
Te regalo a Bobin en este mediodÃa…
«Ce qui fait événement, c’est ce qui est vivant, et ce qui est vivant, c’est ce qui ne se protège pas de sa perte»
Gracias por tu regalo… Sabias y bellas palabras.
Pedro Salinas es el poeta de mi despertar a la vida, a la realidad que se esconde en sà misma…
sé que sabéis hasta qué punto sóis complemento el uno del otro, hasta qué punto vuestra historia va más allá de esta realidad, de qué realidad, de esta ?, o de la que se siente sin saber dónde ?
SabidurÃa entre lÃneas y a todas luces, es una gozada enredarse por aquÃ, hermana !, y reafirmo que os quiero, pareja, como si fuérais un maravilloso complemento y vitamina que todavÃa no conocÃa !… ConfÃo en que sea contagioso !
Amig@s de mis amig@s…como dice la canción… son mis amig@s !!. Amor de martes sereno y nublado