Quiero dedicar esta entrada a mis queridos escritores zaragozanos Luisa Miñana, Fernando Sarría, Miguel Ángel Yusta y, muy especialmente, a Marta Navarro. Y a mi padre, que consiguió que sus canciones formaran parte de nuestras vidas y de nuestros recuerdos.
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(I)
Para muchos de nosotros, varias generaciones de españoles que nos consideramos «de izquierdas»( por muy denostado que esté el término, y muchos fantasmas que a algunos les despierte) Jose Antonio Labordeta ha sido y será mucho más que el cantautor comprometido, el presentador campechano, el escritor culto y profundo, el profesor querido y respetado, el político admirado por su honradez y su valentía… Ha sido un referente vital e ideológico, un valioso legado de palabras e ideales para construir un mundo mejor, más justo, más humano. Un hombre íntegro y fiel a sus ideas, un resistente de un tiempo que fue y nunca debió haber sido. Uno de esos hombres dignos y animosos, que protestó cuando era tan necesario hacerlo.
Leerlo y escucharlo es un ejercicio de coherencia, una respuesta a muchas preguntas. Sus canciones son un lugar al que regresar, un refugio cálido y seguro cuando asaltan las dudas y la desesperanza. «No basta que callemos, y además no es posible», decía el poeta Luis Rosales. Labordeta lo sabía, y no calló. Nos dejó su voz templada al viento, de nosotros depende que nunca muera.
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(II)
Me ha despertado un cielo gris, impío…
Y tu voz ha llegado de muy lejos,
de aquellos tiempos en que fuimos puros
y creímos que todo era posible.
Cuando por fin, después de un largo invierno,
volvía a resurgir la primavera.
Y soltamos al viento las canciones,
y abrimos las ventanas a la vida,
y al sol, y a las promesas…
Y yo tomaba leche con galletas
al arrullo de versos necesarios:
Para la libertad, hoy galopamos,
salimos a las calles nuevamente,
y pedimos poesía,
poesía para el pobre,
poesía necesaria,
y pan bien repartido,
y aire que respirar.
Tu voz sigue sonando…
Y la escucho, junto a voces lejanas
que habitan mi memoria,
voces que ya no están,
y fueron mías.
Te has ido con septiembre,
con la luz de un verano rezagado
que no quiere ceder,
aun estando vencido.
Y los paisajes tristes
de esa España que fuimos
y tú nos enseñaste,
vuelven a mis recuerdos.
Y te sigo cantando…
para que pueda ser.
Mi pésame para su familia, yo apenas le conocÃa de hecho ayer vi por primera vez ese famoso video en el congreso donde dice: «!A la mierda!» Echo en falta esa naturalidad, hoy dÃa todo el mundo lleva requeteaprendido lo que tiene que decir, la falsedad casi se puede tocar un beso :*
Querida Marisa, me ha ocurrido ya en varios posts tuyos, que he querido comentar y en cuanto envÃo el comentario, me sale el aviso de que no está disponible en este momento la página, por lo que, despues de repetir varias veces el comentario, he tenido que desisitir. Creo que es wordpress que no funciona bien…
Jo, qué belleza, Marisa. Qué hermosura de texto. Ayer me dolió tanto despedirme de Labordeta. Fue tan, tan duro.
Un beso muy grande y gracias,muchas gracias, cielo,
Marta
Muchas gracias a las tres…me comentan varios amigos que no pueden dejar sus comentarios (valga la redundancia;))Si queréis podéis mandarme un correo (marisadelapf@yahoo.es)y yo lo intentaré subir.Creo que tengo problemas con el servidor.Pero no os preocupéis, lo que importa es que vengáis a leer.Y por ello estaré siempre en deuda con todos.
Un enorme abrazo, a los que comentáis y alos que no, faltarÃa más.
Voy a probar a ver si me sale el comentario.
Querida Marisa: te escribo aún conmocionado por la pérdida de una persona tan excepcional; aunque él quisiera pasar por un ser humano lo más sencillo posible. De ahà su ejemplo.
Subrayo lo de sencillo, porque era un perfume que envolvÃa todo lo que tocaba, no sólo la música. Su estancia en el Congreso marcó la diferencia. ¡Cuántos diputados necesitarÃamos como él!
Bueno, nos quedan sus canciones, sus obras, su ejemplo…
Un abrazo, amiga.
Me uno a tu dedicatoria, Labordeta era un ser excepcional, como poeta y como persona, al igual que todos sus paisanos que tú mencionas aquÃ.
Por muy denostado que esté el término «de izquierdas», a mà me gusta seguir utilizándolo.
Un beso, guapa.