En la Sierra de Madrid, ahora tan castigada por la especulación inmobiliaria y en tiempos cantada y elogiada por poetas e intelectuales de gran prestigio ( Machado, Rosales, Giner de los Ríos…), hay un rincón acogedor y tranquilo que sirve de cálido refugio a los caminantes, poetas, bohemios, amantes de la naturaleza, locos perseguidores de sueños y quimeras imposibles, y a todo tipo de gentes que por allí pasan. Peña Pintada no es sólo una posada rural, un negocio de turismo ecológico ahora tan en boga: es un lugar de encuentro, de descanso, de tertulia; un lugar donde se dan la mano la cultura, el deporte, la gastronomía y la amistad.