Entre los escombros donde ha muerto un niño hay siempre un juguete roto. Como restos de una infancia arrebatada, entre el polvo, la piedra y la sangre, vislumbramos un peluche hecho jirones, o la cabeza despedazada de una muñeca, o las ruedas de un coche de carreras. Recuerdo a Pessoa en su Libro del desasosiego : «No hay imperio que valga el que por él se rompa la muñeca de una niña…No hay ideal que merezca el sacrificio de un tren de hojalata.» ¿Hasta cuando seguirá la humanidad «civilizada» sacrificando niños y juguetes?
Escribí esta entrada en abril, hoy, de nuevo, cobra vigencia.
Miro al mundo, repleto de cadáveres,
y el mundo me devuelve su mirada,
una mirada insomne, abochornada,
anegada en dolor, aullando al horizonte.
No hay corazón que aguante en sus latidos
tanto dolor, absurda letanía
que repiten las piedras milenarias.
No hay entereza que resista el grito,
ni muro que sostenga la mentira,
la vergüenza de ver, y no hacer nada.
Marisa Peña
Marisa, muy triste y lamentable, ver la prostitución de los ideales y nuevamente la sangre de inocentes. Hay una cosa clara, por el camino de la violencia nunca se solucionaran los problemas, te vuelvo a dejar, si no lo he hecho antes, este comentario de Chateaubriand y este enlace;
http://www.nodo50.org/csca/agenda08/palestina/arti442.html
La revolución me habÃa arrastrado…pero vi. la primera cabeza sobre la punta de una pica, y retrocedÃ. Jamás veré en el asesinato un argumento de libertad, no conozco nada más servil, más cobarde, mas obtuso que un terrorista. ¿No encontré después a toda esa raza de Brutos al servicio de César y de su policÃa?
Un abrazo.
Luis, la violencia ha sembrado la historia de cadáveres… «Siempre con las vÃctimas», me decÃa mi abuela.
¡Si la palabra pudiera ser esgrimida en lugar de las pistolas, siempre!
Yo, como Chateaubriand, no puedo ver en el asesinato un argumento de nada.
Nada vale la muerte de un niño, los veo desangrándose en la pantalla de mi televisor y mi corazón no puede con la pena.
Miraré el enlace Luis. Sigamos pidiendo la paz y la palabra.
Otro fuerte abrazo para ti.
HermosÃsimo texto, tristemente actual.
Esperemos que el año nuevo cambie algo las cosas, aunque es inevitable pensar que con cada cambio de año deseamos que dejen de suceder cosas que siempre ocurrirán.
Al menos que 2009 sea excelente para ti.
Un abrazo.
Querido amigo, gracias por pasarte por mis palabras desde tus 39 magnÃficos escalones. La humanidad no parece tener claro que el ojo por ojo dejará al mundo ciego, pero en fin…Los señores de la guerra estén donde estén hacen lo que saben: sembrar la muerte y el terror. Los que leventan su voz para denunciar o parar la barbarie y la violencia son ninguneados o acallados. Una pena.Yo también te deso un 2009 «de pelÃcula» (buena, ¿eh?).
Un abrazo
El otro dÃa preparando con mi madre la cena de Nochebuena oÃmos en la radio una noticia sobre Irak, que habian tirado una bomba o algo asà parecido no me acuerdo muy bien y habÃan muerto un monton de personas, el caso es que le dije a mi madre «ves ellos si que no tiene navidad, siempre en guerra que horror eso no es vida ni es nada». Siempre cuando veo las noticias y salen todos esos horrores que pasan en estos paises que estan en guerra, se me cae el alma a los pies, la impotencia de no poder hacer nada para poder cambiar un poco eso, no se me entristece mucho.
Espero que en este nuevo año que viene cambien un poco las cosas, aunque como dirÃas tú «es una utopÃa», pero nunca hay que perder la esperanza ¿no crees?
Muchos Besos.
El mundo siempre ha sido un lugar de luces y sombras, miseia y grandeza, esperanza y desesperanza. Nada justifica e terror sobre vÃctimas civiles, ni robar para siempre la infancia de los niños tiñéndola de odio, de sangre, de dolor y venganza. No sé qué esperar del 2009 pero me aferro a la utopÃa de que venzan la paz y la palabra…
PD Feliz cumpleaños, que disfrutes de tus quince maravillosas primaveras y que la vida te dé muchas oportunidades de ser feliz y no las desaproveches. Un abrazo
Querida Marisa:
FÃjate que hoy hacÃa yo un comentario en un blog amigo (la lentitud de los gramófonos) que decÃa «dan ganas de desviar cobardemente la mirada».
Y ahora me encuentro tu hermoso poema donde metes tan certeramente el dedo en la llaga. «La vergüenza de ver y no hacer nada», cuando se trata de niños, es vergüenza multiplicada.
Un cariñoso abrazo.
Pues ya ves Marisa. Parece que los corazones resisten todo, aunque sea roto en millones de pedazos. No sólo es la muerte. Es el hambre, la tristeza, el horror dibujado en sus caras inocentes. No puedo soportarlo y sin embargo los miro y los miro, y no aparto mi mirada. Dejo que todo su dolor me inunde para no olvidarme nunca, ni siquiera un instante de la barbarie humana. Sólo me queda pensar, que algun dÃa, quizá cuando todos suframos de la misma dolencia, la solidaridad deje de ser una palabra bonita para convertirse en una realidad. No me siento culpable de sus destinos, me siento parte de ellos, aunque mi dolor sólo sirva para escribir, denunciar y llorar. Llorar por todos esos juguetes rotos que no fueron suficientes para hacerlos felices.
Me has dejado KO.
Pues sà Bel, nunca puedo hacerme inmune al dolor y menos al de los niños… Ni al de los que con un «pijama de rayas» vivieron aquel horror, ni al de los niños que corrÃan en Madrid, o Guernika o Londres o BerlÃn, bajo las bombas.
TenÃa preparada una entrada sobre los niños de la guerra y su noche de reyes, con una anécdota contada por mi abuela, pero este horror presente ha eclipsado el horror pasado. la siguiente será.
Yo también te mando otro abrazo muy cariñoso para ti.
Carmen, cuando una es madre y ve tanto horror en pequeños como los nuestros siento que soy cada una de esas madres desgarradas. Recuerdo la escena de Luces de bohemia en que una madre llora la muerte de sus hijo por una bala perdida en una manifestación.Tuve que representarla en el instituto en COU y pasé dos dÃas totalmente fuera de juego. Y el bello poema de «la muerte del niño herido» de Machado. En fin el horror nunca deberÃa dejar a nadie indiferente.
Gracias por acompañarme siempre. Un abrazo
Que mañana, -cuando levantes la cortina del 2009- tengas garantizao ese cachito pa vivir.
Y que tu corazón jamás dejede estar con los que sufren.
Un beso, amiga.
CodornÃu
Gracias querido amigo. No creo que cambie ya… Mi abuela, que habÃa visto morir a mucha gente, siempre lloraba en los telediarios…Yo le decÃa:¿todavÃa te quedan lágrimas? Y ella me contestaba: siempre hay lágrimas para lo que merece ser llorado.
En fin que todo te sonrÃa, y sigamos compartiendo en este nuevo año . Un abrazo enorme.
Ese es el deseo de mi yo ingenuo: PAZ.
El placer ha sido mio, besos y abrazos. Y por supuesto, feliz Año Nuevo.
Que nuestro yo ingenuo no muera…Un abrazo muy fuerte.Espero que sigamos compartiendo.
Precioso tu poema. Pero aunque creas que no puedes hacer nada, tus palabras ya son en sà mismas algo. Ojalá las palabras fueran la única herramienta necesaria para cambiar el mundo.
Esto me recuerda a unos versos de un poema de Cernuda, titulado «Niño muerto»:
«El llanto que tú mismo no has llorado,
yo lo lloro por ti. En mà no estaba
el ahuyentar tu muerte como a un perro
enojoso. E inútil es que quiera
ver tu cuerpo crecido, verde y puro,
pasando como pasan estos otros
de tus amigos, por el aire blanco
de los campos ingleses, vivamente.»
Un abrazo y feliz entrada y salida de año.
Marina, qué bello regalo de palabras me haces. Espero que sigamos enredándonos y dejando nuestra canción al viento.
Yo también te mando mis mejores deseos para cada dÃa de este nuevo año que insiste en llegar. Un abrazo
Marisa me adueño del final de tu poema.
«La verguenza de ver, y no hacer nada.»
¿Por qué no hemos aprendido NADA…?
¿Por qué somos cómplices silenciosos del horror…?
¿ Por qu�
Un beso.
Seguramente el ser humano no ha aprendido a amar realmente a sus semejantes… Siempre hay intereses creados, poderes ajenos al dolor del mundo. En fin. Te deseo que todo te sea favorable. Un beso enorme querida amiga
Marisa, me queda muy poco para agregar a tan bellsa y certeras palabras. Creo que la palabra, ante estas atrocidades, se vuelve el camino más noble y hermoso para tocar los corazones. Y tú lo haces con dardos certeros:
«No hay entereza que resista el grito,
ni muro que sostenga la mentira,
la vergüenza de ver, y no hacer nada.»
Gracias, porque esta verg[uenza, dolor e indignación que sentimos, nos devuelve nuestra condición de seres humanos que no pueden permanecer indiferentes ante el horror. Un gran abrazo.
Querido Alejandro, te escribo ya desde este recién estrenado 2009. Esperando que el horror termine y la palabra sea escuchada más allá de las balas que la hieren de muerte.
Gracias por tu comentario, por tu amistad, por tu generosidad… gracias por todo. Un abrazo a tu maravillosa familia y otro muy, muy fuerte para ti.
Además de procurarle un clima más amable a los huesos de mi aita, hubo otros motivos para que nos trasladáramos al Maresme. Más que motivos fueron necesidades, ansias de cielos menos sombrÃos, de voces libres, de aire fresco. Soy vasca, con esto ya te sitúo en un frente muy concreto, asà que poner tierra por medio fue muy saludable en todos los sentidos. También tuvo mucho de huida, lo confieso, ¿por qué no habrÃa de admitirlo si el ‘aparta de mà ese cáliz’ es algo tan natural como su contrario, aunque su contrario sea infrecuente? Pero eran muchos años no querer ver, y luego de ver con toda crudeza. Una vez un niño, en RenterÃa, le dio una patadita a una bolsa de esas de supermercado, y explotó, y se le llevó una pierna. Alberto se llama, o se llamaba, a saber qué fue de él. Y oÃamos silencios, y oÃamos a la sierpe decir que, bueno, son cosas que pasan…
En fin, Marisa…
Te entiendo muy bien. A veces se calla y se huye cuando ya no se puede más, cuando el aire se hace irrespirable. La libertad , la paz no son cualquier cosa, palabras que se lleva el aire, buenos deseos. Son necesarias para vivir y son un derecho fundamental al que nadie deberÃa tener que renunciar.Un abrazo fuerte Mertxe, y un deseo de paz verdadera en cualquier rincón donde un niño quiera jugar a la pelota…